La dictadura democrática por incapacidad
El Sr. Hamlet Hermann escribió un buen artículo publicado en este periódico Hoy de fecha 24/5/2010, titulado La dictadura democrática continúa. Un tema que se comenta bastante y es sumamente interesante, ya que reviste la nueva forma de gobernar tras la cortina de la democracia.
Cuando asistimos a las aulas escuchamos, por ejemplo, que Rafael Leonidas Trujillo Molina ascendió al poder por: a) La injerencia o ayuda estadounidense, ya sea motivado por el derrumbe de la Bolsa de Valores de Nueva York en 1929 y, cónsono a esto, el desarrollo o crecimiento paulatino del socialismo ruso; b) Eliminar las luchas intestinas en el país, materializadas por grupos de buenos ciudadanos, quienes buscaban, desde varias esferas del poder, el control del Estado Dominicano; y c) Con él, los estadounidenses sentían protegidos sus intereses en el país. Lo lamentable del caso es que nos hemos convertido en papagayos y repetimos todo eso, una y otra vez, como si la verdad absoluta se moviese exclusivamente en estos contextos socio-políticos y económicos dominicano o de origen extranjero norteño. Y es bueno recordar que no siempre 2 + 2 son 4.
Existen otras razones, que podemos sumarlas a estas justificaciones que han originado la existencia de dictadores, tanto en el país como dentro de los partidos políticos, como son: la incapacidad, la envidia, el oportunismo, la búsqueda de beneficios personales (placer, poder y tener), el egoísmo y la inseguridad que dominan, esgrimen y envuelven a muchos políticos, funcionarios y empresarios que se auto-califican con estas características. Recordando a Michel De Certeau La Escritura de la Historia (1999): La capacidad del hombre de gobierno… que ejerce el poder, la provee de una genealogía familiar, política o moral, acredita la utilidad presente del príncipe… y crea, a través de una serie de situaciones… entre un querer concreto y las variantes coyunturales….
Quienes se aferran a una figura política determinada, vertiendo toda su incapacidad e inseguridad en un océano de deidades, de alabanzas y creencias, no solamente tratan de convencer a una parte de la población sino que ellos mismos terminan creyéndoselo, de que dicha figura está predestinada a trillar los linderos del poder y que no existe nadie más ni fuera ni dentro de su partido para hacerlo. Por eso expresaba el Sr. Hamlet Hermann de que no hay en el país ningún líder político. Las ideas políticas y los valores morales han desaparecido. Tanto Leonel Fernández como Hipólito Mejía y Miguel Vargas son ejecutivos corporativos que mantienen agrupados a subalternos a lo que han dado en llamar partidos políticos.
Donde las ideas políticas, la ética y la moral son inexistentes, los buenos ciudadanos se aferran al axioma: cuando se encuentran entre el dilema de lo conveniente y lo correcto, eligen lo primero. Así justifican su accionar socio-político y económico para llenar el vacío de inseguridad que los abruman. Sin detenerse a medir que en el tiempo el sabor de lo segundo sería mejor para la colectividad dominicana y todos aquellos que viven en estas tierras.
¿Procedía de un extraterrestre aquellas palabras célebres? Mientras no se castiguen a los verdaderos culpables, seremos víctimas de sus maquinaciones, las cuales pasaron a ser un sofisma. Porque solamente se acuerdan de él en los papeles y posters durante el Mes de la Patria. Por eso han surgidos en el país: la dictadura totalitaria trujillista; la dictadura con respaldo popular; y ni hablar de las dictaduras democráticas de Leonel Fernández, Hipólito Mejía, la de la Liga Municipal, etc.
Tristemente admito que los verdaderos extraterrestres son sus ciudadanos, quienes han olvidado las enseñanzas y el pensamiento duartiano, donde el interés colectivo sobrepasa el beneficio personal. De esa forma visualizó Duarte que la nación crecería cónsona a los que viven en ella. Ya hemos vivido- y continuamos viviendo- los resultados de quienes han elegido lo conveniente en vez de lo correcto. Basta ya de esos buenos ciudadanos que al igual como envolvieron a Pedro Santana, ños Rojos, Azules, Verdes, Bolos, Coludos, Colituertos, a Trujillo y a Balaguer, así como los que hoy se pintan con los colores de los principales partidos políticos que adornan la Boleta Electoral. Debemos ponerle coto a este caudal de incapacidad, de inseguridad y de egoísmo que alimentan la dictadura democrática actual. Terminaré con lo expresado por el profesor Roberto Cassá (periódico Hoy 26-enero-2010): De Juan Pablo Duarte se debe imitar también su filosofía de liberal no ortodoxa inspirada en implementar transformaciones en beneficios de los intereses del pueblo como un colectivo