Qué se dice Ambigüedad con Cuba
Con razón el secretario general de la Organización de Estados Américanos, José Miguel Insulza, consideró antier como un absurdo que ese organismo viva completamente ajeno a la realidad de que Cuba está ahí, ante las narices de todo el mundo, siguiendo su curso político y sosteniendo relaciones normales con la mayoría de los países de este hemisferio. A pesar del encono de Washington y del embargo que la potencia mantiene vigente desde hace más de 40 años, la revolución cubana ejerce influencia sobre el resto de la región y a nadie le puede ser indiferente.
Fidel tiene sus aliados en el concierto de naciones aunque también su forma de gobernar recibe desaprobación por parte de algunos Estados. Su gravitación no puede ser ajena a nadie y menos para una organización como la OEA que bajo el liderazgo de Insulza comienza a trillar caminos con sentido de independencia, tratando de dejar atrás su anterior sumisión a las directrices de los norteamericanos. La mayoría de los países del hemisferio no participa de las hostilidades contra Cuba con todo y su dictadura socialista, lo que evidentemente no la descalifica para sostener relaciones diplomáticas, consulares, económicas y culturales con el resto del mundo en la misma forma que Estados Unidos mantiene nexos muy estrechos con otros regímenes del planeta que no se distinguen por respetar los derechos humanos.
Congreso enciende motores
La aprobación al vapor de una ratificación, que no parece tener sentido, de los jueces de la Cámara de Cuentas, podría ser el inicio de una embestida legislativa típica de las transiciones. Los perdedores de elecciones que sienten acercarse el fin de su gestión y el correspondiente desalojo de las sedes del poder, llámense Palacio Nacional o Palacio del Congreso, suelen lanzarse contra el reloj a la satisfacción urgente de objetivos, políticos o personales, suponiendo que por vía de lo irrevocable, sus decisiones tendrán que sobrevivir en el tiempo aunque su sucesores no lo quieran así. Aquí se han dado verdaderos carnavales legislativos, como en el año 1978 cuando en cosa de dos semanas, el doctor Joaquín Balaguer trastocó buena parte del andamiaje de leyes orgánicas de instituciones del Estado. La zafra y acechen ustedes- suele incluir también la venta apresurada de terrenos estatales a precio vil. El patrimonio público está entrando entonces en tiempos de alta peligrosidad. ¡El Congreso saliente viene por lo suyo!
Error diplomático
El gobierno dominicano actuó torpemente al desentenderse por meses y meses de acatar un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de unas niñas de origen haitiano a las que en un momento dado se les negó el derecho de registrarse civilmente en el territorio nacional. Se trató en verdad de una sanción simbólica y de escaso valor metálico. Las autoridades nacionales debieron, desde el principio, acogerse al fallo aunque lo hicieran bajo protesta y alegando que se trataba de una decisión injusta en vez de pretender dejar las cosas al olvido. Las consecuencias de ese desliz consistieron en que dio pie a la reconocida institución Amnistía Internacional para lanzar críticas y tratar de deslucir la asamblea general de la OEA que acaba de celebrarse y a su Estado anfitrión: la República Dominicana. Se supone que ningún alto funcionario con sentido de la realidad y con conocimiento de los usos diplomáticos debía incurrir en esa desacierto.