Socios y cómplices

Claudio Acosta
Socios y cómplices.- Hace unos días Amnistía Internacional lanzó fuertes críticas a los Estados Unidos por haber atacado y destruido, matando a once personas, una embarcación que presuntamente transportaba drogas en aguas del Mar Caribe, hecho que “sienta un peligroso precedente” dadas las serias dudas sobre la legalidad del ataque y el respeto a los derechos humanos de los involucrados. Daphne Eviatar, directora de Amnistía para Estados Unidos, dijo estar alarmada ante un evento que describió como una clara violación al derecho a la vida, por lo que solicitó una investigación “rápida, completa, independiente, imparcial y transparente” sobre el suceso, instando al gobierno del presidente Donal Trump a cumplir con sus obligaciones internacionales en todo momento y situación.
El presidente norteamericano, como era de esperarse, no solo ignoró las preocupaciones de Amnistía sino que continuó con sus ataques contra embarcaciones sospechosas de transportar drogas procedentes de Venezuela, el mas reciente de los cuales se produjo a unas 80 millas náuticas de la isla Saona. Una vez concluído su “golpe militar aéreo”, como lo llamó el vocero de la DNCD en una rueda de prensa, las autoridades dominicanas iniciaron un operativo de rastreo que permitió recuperar 13 pacas conteniendo 377 paquetes de cocaína. Nadie en esa rueda de prensa, en la que también estuvo presente la Directora de Comunicación de la embajada gringa en el país, mencionó a los tres presuntos narcotraficantes que habrían muerto durante el operativo de interdicción, que con gran despliegue mediático fue anunciado como la primera acción conjunta contra el narcoterrorismo realizada entre ambos países. Lo que implica, en buena lógica, responsabilidad compartida con sus resultados, empezando por el asesinato, sin juicio previo ni sentencia condenatoria, de los tres supuestos narcotraficantes. Después de eso, además de socios somos también cómplices de un delito, según Amnistía Internacional.
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