Oportunidad perdida  despertar de EE.UU. de  la crisis económica

Oportunidad perdida  despertar de EE.UU. de  la crisis económica

Clive CrooK
Tal vez Ben Bernanke ha estado leyendo Financial Times. La semana pasada, Michael Woodford, de la Universidad de Columbia, y Mohamed El-Erian de Pimco escribieron columnas para el periódico instando al presidente de la Reserva Federal de EEUU a que en su muy esperado discurso en la conferencia de Jackson Hole no propusiera la tercera fase de compra de activos, llamada alivio cuantitativo.

Bernanke hizo lo que ellos aconsejaban a ese respecto. El viernes, en la reunión anual de banqueros centrales en Wyoming, él dijo que la Fed mantendría sus opciones abiertas, pero no le hizo caso al QE3.

Esto es una pena y yo sospecho que Bernanke está de acuerdo. Las cifras revisadas muestran lo lenta que ha sido la recuperación de EEUU, aún más lenta que lo que se creía anteriormente, y esto llama a un nuevo estímulo monetario. El problema es que, Bernanke tendría que convencer a los disidentes miembros del comité de legislación de la Fed. Frente a la reunión de la resistencia política, también él tendría que explicar la política al país, lo que es difícil bajo los presentes términos de responsabilidad de la Fed.

¿Por qué los estimados escépticos de FT se oponen más al QE? El profesor Woodford puso dos objeciones principales. Él cree que, primero, hecho sobre una escala modesta, el QE3 haría poco para estimular la demanda; y, segundo, podría hacer más mal que bien dejando de lado los requerimientos de la Fed por mayor claridad en sus futuros objetivos políticos”.

La respuesta a primera vista es fácil: asumir más QE en una escala inmodesta. La respuesta a lo segundo es fácil también: la semana pasada no llegamos ni al QE3, ni a una aclaración adicional de la política de la Fed. Woodford está en lo correcto al enfatizar el poder de estabilización de un claro marco político.

Pero, ¿realmente será mejor no tener nada en absoluto más que el mismo QE3, teniendo en cuenta que, en el propio análisis de Woodford, los episodios transmiten información del QE sobre los objetivos de la Fed?

Sería mejor si la Fed pudiera ser explícita sobre su razonamiento. Desafortunadamente, el objetivo de inflación no anunciado que se dice guían las acciones de la Fed no justifica fácilmente el nuevo estímulo requerido. El banco central necesita una diferencia racional para sus acciones. Woodford aboga por un objetivo de nivel de precio. Yo prefiero un objetivo de producto interno bruto, por las razones que yo expliqué hace dos semanas. En el momento, esto señala el mismo camino.

Pero Woodford tiene las políticas al revés. Lejos de dejar que la Fed quede de lado, el QE3 ejercería presión sobre esta para cambiar sus objetivos y decir no. Esto, por supuesto, es lo que hace tan incómodo el QE3.

Las compras de activos están avergonzando al banco central en su propio derecho, pero no es tan avergonzante como explicar que un aumento temporal en la inflación es ahora política de la Fed. (Un objetivo de nivel de precio y un objetivo de PIB nominal tienen esta implicación) Idealmente, la Fed crujirá sus dientes y hará ambas cosas: adoptar el objetivo correcto, y usar el mejor instrumento disponible para conseguirlo. Pero hasta que un nuevo marco se atreva a pronunciar su nombre, lo cual puede ser nunca, el QE3 sin la historia para respaldarlo es mejor que ningún estímulo.

El-Erian, jefe ejecutivo de uno de los mayores inversionistas de bonos del mundo, objeta sobre los diferentes terrenos.

Comparado con  un año atrás, la Fed tiene menos libertad de maniobra, él dice, que la inflación es mayor, los impedimentos estructurales para la creación de empleos son mayores, el ambiente externo es peor, la misma Fed está entrando bajo ataque y los mercados financieros son “menos sensibles a la terapia de choques de la Fed”. Cualquier dosis dada de QE, en otras palabras, tendrá menos efecto.

Cuando un tratamiento se vuelve menos efectivo, usted puede combinarlo con una alternativa; si no hay alternativa, usted incrementa la dosis. Ciertamente, si la inflación, en particular, las expectativas de inflación a mediano plazo, han aumentado significativamente, eso pesaría contra el QE adicional.

La Fed no ve señal de esto. “Esperamos que la inflación se fije, en los próximos trimestres, en niveles en o por debajo de la tasa de 2%, o un poco menos, que la mayoría de los miembros del comité de legisladores de la Fed, ven como consistentes nuestro mandato dual”, promoviendo la estable inflación y el máximo desempleo, dijo el presidente en Jackson Hole.

Si, en referencia a “los impedimentos estructurales”, El-Erian quiso decir que las perspectivas de crecimiento a largo plazo se apagaron, otra vez él tendría un punto, ya que eso también sugeriría precaución en el uso del QE.

Zoom

Desde el 2009

1.  Pero desde la primavera de 2009, el estimado de la Fed del crecimiento a largo plazo en la producción de EE.UU. no ha bajado, este fue 2.5-2.7% dos años atrás, y 2.5-2.8% este verano.

2.  No obstante, Bernanke está igualmente en lo cierto al decir que el alto desempleo persiste, así como los daños de larga duración y un menor crecimiento a largo plazo seguirán. Esto aboga, contrario a El-Erian, por una mayor dedicación en apoyar la cíclica recuperación, no menos.

 3. El-Erian solicitó a Bernanke replantear el debate nacional sobre política y servir como el acto de calentamiento para el discurso crítico del presidente Obama en relación a la economía que tendrá lugar el mes próximo”.

4.  El presidente lo hizo lo mejor que pudo. Él enfatizó la necesidad de una mejor política fiscal, la precaución a corto plazo en frenar los déficits, la reforma fiscal y de gasto a largo plazo, mejores incentivos para trabajar, ahorrar.

Presidente de la FED de EU  decepciona a banqueros

Ben Bernanke decepcionó a aquellos que esperaban que su discurso en la conferencia de banqueros centrales en Jackson Hole señalaría una nueva ronda de alivio cuantitativo.

 No obstante, el presidente de la Reserva Federal de EEUU tampoco descartó nada. Él reconoció las recientes pésimas noticias económicas, y dijo que la próxima reunión del comité de legisladores de la Fed tomaría un día adicional para discutir los “méritos y costes” del estímulo monetario. Mientras tanto, él solicitó al Congreso mejorar su política fiscal y atender problemas que radican fuera del ámbito de la Fed.

Bernanke tiene razón en que la Fed no puede sobrellevar la carga completa respecto la política económica. El motivo no es que no haya herramientas de política monetaria. Como ha instado a menudo, la Fed puede aplicar más estímulo si esa fuera la necesidad, incluso con tasas de interés cerca de cero, más directamente a través de compras de activos, pero también cambiando la estructura de vencimientos de su cartera de activos.

Pero, el presidente debe lidiar con opiniones disidentes provenientes del comité federal de mercado abierto. Algunos de sus colegas se preocupan sobre la creciente inflación, aunque con poca razón. La Fed también enfrenta la crítica de parte de algunos del Capitolio y de más allá. El reciente ataque sobre Bernanke procedente de Rick Perry, el favorito para la nominación presidencial republicana, es el ejemplo más notorio, pero está lejos de ser el único.

Juzgar las condiciones monetarias no es el único desafío para la política monetaria de EEUU. Cuando la reducción presupuestaria se reanude el mes próximo, el excesivo afán por frenar el gasto público a corto plazo podría sumarse a la contracción fiscal en camino mientras las medidas del estímulo de 2009 y el 2010 desaparecieron. Al mismo tiempo, poco se ha hecho para reasegurar a las empresas y a los consumidores de los problemas fiscales del país a largo plazo, guiados por una población envejeciente y el aumento de los costos de asistencia médica, serán resueltos. La moderación a corto plazo y la disciplina en el largo plazo podrían ser la contraseña para la política fiscal. Si ese balance pudiera ser acertado, la presión sobre la política monetaria se aliviaría.

Más que atrevido, Bernanke solicitó no sólo una mejor política fiscal, sino un mejor proceso de política fiscal, con objetivos presupuestarios claros y transparentes, junto a los mecanismos de presupuesto para establecer la credibilidad de esos objetivos”.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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