Oportuno

Oportuno

La Constitución dispone que las Fuerzas Armadas sean apolíticas, no deliberantes, y eso debería bastar para que éste fuera el comportamiento de los hombres de armas.

Sin embargo, por experiencia sabemos que a muchos uniformados, en su momento, les ha seducido la idea de alcanzar el poder político o aupar fórmulas mediante el ejercicio proselitista. Y de manera recíproca, a muchos políticos ha seducido la idea de apoyarse en uniformes y armas para apuntalar su lucha por el poder.

Aunque mucho se ha luchado contra estas prácticas, parece que no se ha logrado del todo que el estamento militar se aísle absolutamente de todo lo que pueda significar proselitismo, o que los políticos, definitivamente, renundien al auxilio militar para encauzar sus aspiraciones.

Por eso es oportuna la advertencia que hace el secretario de las Fuerzas Armadas, teniente general José Miguel Soto Jiménez, en el sentido de que se castigará severamente a cualquier militar que esté involucrado en asuntos de política.

Esta advertencia, en tiempos de proselitismo, sobre todo en momentos en que apuesta a la reelección, al continuismo, tiene un peso específico que merece ser valorado en su justa dimensión.

Es una respuesta oportuna a denuncias en el sentido de que gente de uniforme estaría involucrada en presuntos actos de política en la frontera.

Suponemos que la afirmación de que se castigará a los militares que actúen en política no sólo se refiere exclusivamente al acto directo, al proselitismo claro y explícito, sino que incluye todos aquellos actos en que sea evidente o se sospeche legítimamente que hay algún tipo de apoyo logístico o de cualquier otra naturaleza en beneficio de cualquier aspiración de orden político. Es una advertencia oportuna porque tiende al afianzamiento de esa apoliticidad militar que dispone tan claramente la Constitución.

[b]Lo que abunda…[/b]

El Poder Ejecutivo ha creado mediante decreto lo que ha sido definido como «Sistema Integrado de Gestión Financiera», que en lo adelante citaremos por la sigla SIGEF. Mediante otro decreto, el Presidente modificó algunos mecanismos relacionados con las normas presupuestarias.

El propósito, según detalla el decreto, es aplicar controles y normas para el manejo de los recursos públicos, de manera que rija un criterio unificado entre todas las instituciones y dependencias del Estado.

En realidad, el manejo financiero de la administración pública debe estar sujeto permanentemente a revisiones que permitan corregir, actualizar o complementar mecanismos y controles vigentes. Por eso, la abundancia de disposiciones sobre la materia no resulta dañina, sino más bien beneficiosa, pues contribuye a «transparentar» el manejo de los recursos del Estado.

En estos tiempos de campaña electoral, cuando la puja por el poder incluye a quienes están administrando el Estado, es bueno cuidar la imagen de las autoridades y evitar que los apetitos políticos puedan motorizar uso indebido o incoprrecto de los recursos públicos.

Dicen que lo que abunda no daña, y menos cuando se trata de lograr que las cosas sean hechas con diafanidad, como dicen las reglas que debe ser en todo momento.

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