CARACAS (AP).- Varios miles de personas salieron ayer viernes a firmar en respaldo al referendo promovido por la oposición que prevé el recorte del mandato del presidente Hugo Chávez.

Portando banderas venezolanas y voceando consignas tales como «Uh, Ah, Chávez sí se va», miles de opositores se aglomeraron en largas finales frente a las mesas de votación para estampar sus rúbricas.

La jornada, que se extenderá por cuatro días consecutivos, se inició en medio de un ambiente festivo y pacífico. En las calles de la capital se observaron numerosos vehículos en los que exhibían banderas venezolanas mientras los conductores sonaban sus bocinas.

El Vicepresidente José Vicente Rangel desestimó la masiva asistencia de los venezolanos a las mesas de votación.

Dijo a la televisora estatal que la oposición «ahora en el terreno electoral juega otra vez a lo virtual. Pretende engañar a mucha gente utilizando los medios de comunicación. Pero estas maniobras siempre se caen».

Acusó a los grupos opositores de tratar de «manipular el proceso», pero sostuvo que «no lo han logrado».

Aseguró que la consulta se está desarrollando con «absoluta normalidad».

En un barrio pobre del oeste de la capital se registró un incidente violento cuando 30 simpatizantes del gobierno lanzaron piedras y botellas contra una mesa de votación a la que acudió Juan Fernández, un ex gerente petrolero que fue uno de los líderes del paro de 63 días que hizo la oposición que a comienzo de año.

Al menos dos personas sufrieron heridas en un brazo y la cabeza al ser alcanzadas por los objetos contundentes.

Miembros de la fuerza armada, que estaban resguardando el centro de votación, debieron reforzar la presencia en el lugar para restablecer el orden.

El Ministerio de la Defensa envió a las calles de unos 60.000 militares, que representan cerca de la mitad de la fuerza armada, para custodiar los 2.680 centros de votación que funcionarán en todo el país.

«Quiero sacarlo porque no cumplió lo que nos prometió. Lo que ha hecho es dividirnos, empobrecernos», dijo Carlos Alberto Soto, un chofer de autobús de 46 años, mientras aguardaba frente a una mesa de votación de un barrio pobre del este de Caracas.

«Me siento culpable de la crisis del país porque yo voté por ese loco y lo puse en el gobierno», agregó.

El presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Francisco Carrasquero, dijo que el proceso se inició con cierto retraso debido algunos problemas que se generaron con el traslado de material.

Carrasquero señaló a la prensa que el CNE abrió una investigación de unas denuncias que realizó el oficialismo sobre algunos trabajadores privados que habría sido obligados a firmas, y el empleo de computadoras por parte de grupos opositores en las mesas de votación.

La Constitución establece que sólo se puede llamar al referendo revocatorio de un gobernante luego que completa la mitad de su mandato de seis años, que el caso de Chávez se cumplió el pasado 19 de agosto.

Para convocar la consulta contra el mandatario la oposición debe reunir 20% de las firmas (2,4 millones de rúbricas) del total de electores.

La oposición también está realizando en forma simultánea la recogida de rúbricas en apoyo a los referendos revocatorios de 34 diputados oficialistas.

En el caso de los congresistas oficialistas el número de firmas requeridas para llamar a sus referendos varía entre 7.000 y 30.000.

El CNE se estableció un plazo de un mes para verificar las firmas. De reunirse los requisitos constitucionales el organismo electoral podrá convocar a las consultas en 97 días.