Opositores cubanos llaman cacerolazo tras fallo marcha

Opositores cubanos llaman cacerolazo tras fallo marcha

AME7181. LA HABANA (CUBA), 14/11/2021.- Agentes de seguridad cubanos vestidos de civil rodean hoy la vivienda del activista Yunior García Aguilera, convocante de la marcha del 15 de noviembre, para impedir que salga o que hable con la prensa, en La Habana (Cuba). El líder de la convocatoria disidente cubana del 15N, Yunior García Aguilera, aseguró este domingo que la seguridad del Estado está impidiendo su marcha por el centro de La Habana como había prometido. En un directo en la red social Facebook, García Aguilera dijo asimismo que los agentes de paisano en los alrededores de su domicilio, en las afueras de la capital cubana, han echado del lugar a varios periodistas que trataban de cubrir los hechos. EFE/ STR

Archipiélago, plataforma en internet creada por dramaturgo Yunior García, indicó que pretende seguir con su activismo hasta 27 de noviembre con nuevas medidas

Una agrupación que convocó a una fallida y polémica marcha en Cuba llamó ayer a nuevas acciones de protesta como tocar cacerolas por la noche, vestirse de blanco o llevar flores al prócer José Martí.

Archipiélago, plataforma en internet creada por el dramaturgo Yunior García y que había exhortado a los cubanos a marchar, indicó que pretende seguir con su activismo hasta 27 noviembre con nuevas medidas.

“El gobierno cubano ha respondido a nuestros reclamos como lo hace una dictadura: militarización extrema de las calles, más de 100 activistas sitiados, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, actos de repudio, violencia, amenazas, coacción y discursos de odio”, escribió el grupo en Facebook. “El recrudecimiento de la represión contra la ciudadanía y los manifestantes pacíficos no es ni será aceptada”.

García y Archipiélago habían llamado a los ciudadanos a las calles para el lunes 15 en 9 ciudades del país luego de pedir autorización en septiembre bajo el argumento de que la constitución amparaba su derecho a expresarse. Pero el gobierno denegó el permiso acusando al grupo de formar parte de una “operación” dirigida y financiada por EEUU para destruir a la revolución. La marcha fue calificada de ilegal y la Fiscalía advirtió sobre las consecuencias a los organizadores, que habían persistido en su medida.

La víspera las principales ciudades del país tuvieron cierto control policial y en las puertas de las casas de algunos activistas -como el propio García- hubo custodia de oficiales de la seguridad del Estado, pero tampoco se realizaron las protestas que los activistas pidieron a la población como sacar sábanas blancas a los balcones y portales o aplaudir a las tres de la tarde, la hora prevista para la fallida marcha.

En cambio, la circulación de personas fue fluida y parque y plazas fueron tomadas por grupos de simpatizantes del gobierno -algunos de los cuales también se apostaron en las cercanías de los hogares de los opositores- para festejar la reapertura del país.

El canciller Bruno Rodríguez la consideró una “operación fallida”

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