La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió ayer que una vacuna “segura y eficaz” contra la COVID-19 “no está a la vuelta de la esquina”, pese a esfuerzos para su desarrollo.
“Aunque el mundo entero se apresura a desarrollar nuevas herramientas para prevenir y curar la COVID-19, una vacuna segura y eficaz que pueda fabricarse y distribuirse a gran escala no está a la vuelta de la esquina”, señaló la directora de esa organización, Carissa Etienne.
La experta advirtió i que en la última semana el continente americano “alcanzó dos hitos sombríos- más de medio millón de muertes y casi 15 millones de casos” confirmados.
Las afirmaciones de Etienne tienen lugar después de que se conociera que los ensayos clínicos de la vacuna contra la COVID-19 que desarrollan la Universidad de Oxford y AstraZeneca, una de las más prometedoras, se reanudaron tras ser interrumpidos por la reacción adversa sufrida por un voluntario.
Una situación todavía complicada La representante de la OPS observó que la propagación del virus ha cedido en algunos puntos de la región, como en Estados Unidos, donde se ha observado una reducción de casos reportados, aunque advirtió que esas cifras enmascaran el hecho de que todavía hay zonas dentro de este país en los que se están registrando “incrementos preocupantes” en el número de casos.
“La situación en otros países es incluso más compleja”, puntualizó, al mencionar cómo en algunas zonas de Colombia fronterizas con Venezuela se ha visto que los casos han aumentado “diez veces” en los últimos 15 días.
Alertó de “patrones similares” en Argentina y de “incrementos drásticos” de casos en Jamaica, Bahamas y República Dominicana. En el caso de México, apuntó, las tasas de mortalidad están “aumentando en algunas zonas”, al igual que en Ecuador, Costa Rica y Bolivia.
Fuera de control
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo ayer que la pandemia de COVID-19 sigue “fuera de control“, mientras el mundo se acerca al millón de muertos por el virus.
En conferencia de prensa, Guterres señaló que el coronavirus es “la principal amenaza a la seguridad global en nuestro mundo hoy”, representando una crisis “como ninguna otra en nuestras vidas”. Afirmó que por eso llamó a un cese del fuego global el 23 de marzo para concentrarse en la lucha contra la pandemia.