SAMUEL SANTANA
Luego del civilizado proceso eleccionario realizado en el país, muchas voces se levantan vaticinando que a los dominicanos nos espera un futuro preocupante, debido a los vaivenes económicos que se dan hoy en todo el mundo.

Uno de los principales planteamientos es que la gestión de Leonel Fernández tendrá que sincerizar la condición de la economía dominicana. Esto implicará la reducción de subsidios y el levantamiento de programas usados para paliar la condición económica de la clase empobrecida.Se cree, de igual modo, que el  Presidente tendrá que buscar la forma de imponer una nueva reforma fiscal que genere más recursos para cumplir con los compromisos del Estado y con los planes y proyectos del Gobierno.

A esto se suma el impacto que tendrá el valor del barril del petróleo y otros fenómenos externos sobre el precio de la comida, el turismo y las remesas.

Una demostración de esta impresión negativa la constituye la misma propuesta del doctor Leonel Fernández, en el sentido de que todas las fuerzas políticas y la sociedad en su conjunto concerten un pacto para trabajar en pro de sacar al país hacia delante. Otras voces han hecho lo mismo.Sin embargo, creo que la cuestión  no debe ser crear un estado anímico de desesperanza ni de pesimismo.

La realidad debe llevarnos, simplemente, a estar conscientes de que debemos poner en primer lugar el interés del país ante que cualquier otra intención personal o mezquina.

Ahora que ha pasado el tiempo de la política, los dominicanos debemos unirnos para trabajar, luchar y dar lo mejor a los fines de contribuir a que el crecimiento, desarrollo y tranquilidad pública del país se mantengan estables en medio de los embates negativos.

Este debe ser un compromiso de todos.