Optimismo de un obispo

Optimismo de un obispo

REGINALDO ATANAY
Nueva York.—
San Pedro de Macorís, afirman muchos de sus munícipes, «ha sido una provincia y una ciudad olvidada por los gobiernos». Mientras se nota el aumento de actividades y de riquezas en otras localidades de la República Dominicana, en «Macorís del Mar» se hace patente en casi todas partes los elevados niveles la pobreza. Y en algunos barrios marginados se percibe la impresión de que sus moradores lo único que esperan es la muerte. Monseñor Francisco Ozoria Acosta es el primer Obispo Diocesano de San Pedro, desde su creación, por bula papal en 1996, y sobre la situación social que él observa en su jurisdicción eclesial, comenta:

En los siete años que tenemos como Diócesis y como obispo de la misma he podido percibir que en gran parte hay olvido. En estos siete años sólo podemos ver una obra significativa que el gobierno ha hecho para Macorís: el Hospital Antonio Musa. Porque la Autovía del Este es para la región. No se puede decir que sea una obra para San Pedro»

Monseñor Ozoria nació en Nagua, Provincia María Trinidad Sánchez, el 10 de octubre de 1951. Son sus padres Nazario Ozoria Mosquea, de profesión agricultor, y Altagracia Acosta Lantigua, dedicada a los oficios domésticos. A temprana edad su familia se trasladó a Payita, un campo del municipio de Cabrera, pero siempre estuvo vinculada a Nagua, donde quedaban los demás familiares.

Explica el Obispo que el mayor problema que enfrenta su diócesis es la escasez de personal. La diócesis cuenta con cuatro sacerdotes propios. Hay otros once que trabajan allí pero son de otras diócesis o de algunas congregaciones religiosas. «Y pensar que contamos con dos provincias (San Pedro de Macorís y Hato Mayor), con más de 400,000 habitantes», dice.

La Diócesis cuenta con 20 parroquias y 6 distritos parroquiales. Entre los compromisos u opciones de la diócesis está colaborar con la educación. «Por eso trabajamos en cinco escuelas parroquiales, tres colegios privados dirigidos por religiosas, un colegio diocesano (público), un liceo público dirigido por religiosas, cinco escuelas públicas dirigidas por religiosas y el trabajo maravilloso que han hecho las religiosas en el municipio de Consuelo. Contamos además con una Escuela de Enfermería, con apoyo de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, como parte de un proyecto de Salud, el Hospital Católico Sagrado Corazón de Jesús.

El obispo Ozoria se define como un hombre optimista. Pese a los problemas que aquejan a su diócesis, el prelado ve «con buena cara» el futuro Macorís. Y es que el mitrado, en su escudo episcopal, tiene el lema «Dios proveerá» como manifestación de fe.

«Actualmente estamos en la elaboración de nuestro Plan Diocesano de Pastoral. Dicho plan es un medio por el cual la Iglesia realizará su misión. En este plan surgirán numerosos proyectos. Un proyecto que ya está en ejecución es el Hospital Católico Sagrado Corazón de Jesús, para responder a las grandes necesidades en orden a la salud,» dice el obispo que fue ordenado sacerdote para la Diócesis de San Francisco de Macorís el 2 de septiembre de 1978.

Allí fue destinado a trabajar en la Pastoral Vocacional, director de la Obra Diocesana de las Vocaciones Sacerdotales y Formador (vicerrector) del Seminario Menor Santo Cura de Ars en La Vega hasta 1981.

Fue nombrado párroco de María Madre de la Iglesia, de San Francisco de Macorís (1981-1988), siendo al mismo tiempo Vicario de Pastoral de la Diócesis. En esos años fue párroco de San José la Bomba, de Cenoví (9 meses); San Juan Bautista, de Pimentel (13 meses), y Santa Ana, de San Francisco de Macorís (2 años).

En 1988 fue a Roma para hacer una especialidad en Teología Pastoral en la Pontificia Universidad Lateranense. Al regreso de Roma en 1990, fue enviado al Pontificio Seminario Santo Tomás de Aquino como miembro del Equipo Formador y Profesor de Teología Pastoral.

En 1992 Ozoria Acosta fue nombrado párroco de la parroquia Santísima Trinidad de Nagua y San Francisco de Asís, de El Factor. Más tarde, cuando se creó la Parroquia Santiago Apóstol, de Arroyo al Medio, fue nombrado párroco de la misma, habiendo entregado la Parroquia San Francisco de Asís–El Factor en 1997.

El primero de febrero de 1997 el padre Francisco fue nombrado obispo de la nueva Diócesis de San Pedro de Macorís, siendo consagrado y tomando posesión de la misma el 15 de marzo del mismo año.

Desde que Monseñor Ozoria se instaló como obispo de esa diócesis recuerda como la experiencia más agradable que ha tenido la ordenación del primer sacerdote de allí, el P. Marcelo Ortiz.

«Podría agregar que tengo una gran esperanza en el crecimiento y vitalidad de la Diócesis. Se han motivado muchos jóvenes y se han interesado en la vocación sacerdotal. Tenemos 23 seminaristas diocesanos», señala el Obispo Ozoria. Y agrega:

«También tengo una gran preocupación: La realidad de pobreza y miseria existe en el territorio de la Diócesis. La Zona Franca, aunque genera empleos y movimiento económico, sabemos que es un «mal menor», además está dejando muchos desempleados porque muchas empresas están cerrando. La industria del azúcar caracterizada por la generación de pobreza, con sistema antihumano. También está en crisis.»

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