Si no es broma, es necedad grande o insulto al país. Resulta que nos invitan al optimismo. Precisamente ahora. La realidad económica no está mal, dicen. Lo malo es la mente de muchos dominicanos, penetrada por negatividad y lenguaje de crisis.
Quienes así hablan son empresarios de hoteles, remesas, zonas francas y exportaciones. ¡Maña fuera!
Quienes no pueden pensar así, sino todo lo contrario, son los infelices empleados de esos sectores con salarios absolutamente indecentes.
Ese optimismo económico insulta a casi todos los dominicanos.
Ofende a los necesitados de alimentos o medicamentos inasequibles.
Se burla del buen sentido. Es injusto.