Optimismo y esperanza en malos tiempos

Optimismo y esperanza en malos tiempos

José miguel Gómez

En lo social y en lo particular existen pocos modelos alternativos para mantenerse, sobrevivir o salir airoso del impacto de esta crisis que ha impuesto la pandemia, la inflación, la falta cohesión social, el desempleo, las desigualdades y la inseguridad social.

La subvención de servicio es insostenible y de deudas para mantener la paz social, las protestas, el bandolerismo y la deshumanización colectiva.

Ahora nos hemos dado cuenta que carecemos de líderes mundiales y regionales que puedan influenciar en la geopolítica; lo que se avecina son guerras y confrontaciones, donde cada quien desea mostrar su poder. Séneca decía:

El hombre mas poderoso es el que es dueño de sí mismo.

En esta crisis hay que conocerse, desde sus emociones, habilidades, destreza e inteligencia para saber qué hacer, cuando otros no saben qué hacer. Se trata de tener el control de nuestras vidas, de saber la dirección hacia donde queremos ir, los propósitos de vida, las prioridades, o ponerle nombre y apellido a nuestras propias trampas que nos limitan y nos desajustan.

El autoengaño y entretenimiento en esta crisis no es la solución; mucho menos, el escapismo social. Son tiempos de responsabilidades, de sacrificio y de automerecimiento. Literalmente, son tiempos para optimismo y esperanza.

Recuerden que la esperanza es la pasión de lo posible, y lo posible se trabaja día a día. El optimismo es una condición emocional, de automotivación, de fe, y de voluntad para creer en si mismo, para mantenerse en movimiento, enfocado; insistiendo, persistiendo y resistiendo para construir y lograr propósitos, metas y sueños.

Siempre se ha dicho que en las crisis se construyen oportunidades; no es suerte, son decisiones en momentos oportunos para militar una causa y obtener mejores resultados.

La vida es más que existir y gozar. Las razones existenciales van más allá que trabajos, consumir y entretenerse; Winston Churchill dijo: “Un pesimista ve una calamidad en cada oportunidad, un optimista ve una oportunidad en cada calamidad”.

En las crisis, los que tienen miedo se paralizan, se dejan intimidar o prefieren elegir el confort, el conformismo, o la victimización. Los grupos sociales sin conciencia entran en “aceptar su destino”.

Solamente las personas optimistas asumen una causa, abrazan un ideal, se apegan a unos motivos de vida que les fortalece la existencia. Son tiempos de desafíos de autodeterminación y autoconfianza; no importa si es joven, adulto o envejeciente; si ya existe tiene que seguir existiendo; pero con dignidad, honor, voluntad y optimismo.

Son tiempos para ser asertivo, ahorrar y planificar; pero también, son tiempos para diversificar su ingreso, ponerles nombre y apellido a sus finanzas personales, cuidar su salud, vacunarse, ser responsable de usted y de los demás.

En los acompañamientos psicoterapéuticos siempre reflexiono cómo las optimistas se crecen en la adversidad, salen fortalecidos de las trampas, la envidia, de los celos, la indiferencia o de las traiciones.

Todos los obstáculos y crisis se superan, se esquivan, o se saltan, pero no se abandona el camino, ni la meta, ni el objetivo de vida.

Repito, son tiempos para construir o asumir las emociones y pensamientos optimista y de esperanza. Cada quien es responsable de su proyecto de vida, de sus decisiones y de saber qué quiere y hacía dónde va. La economía, la tecnología y la inteligencia artificial saben perfectamente que van hacer con todos nosotros.

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