Orden al caos eléctrico

Orden al caos eléctrico

El periódico «Hoy» de ayer Martes nos informa que estamos al borde de un colapso energético. Nos dice que las Edes, adquiridas quebradas a mayor precio que el que fueron enajenadas, no tienen con que pagar sus deudas por compra de energía a las generadoras o IPP.

Nos enteramos que el mes pasado sólo cobraron el 34% de la energía que compraron y distribuyeron. Que deben unos 200 millones de dólares de energía adquirida y el gobierno otro tanto, del subsidio y demás.

Ninguno de los dos tiene con que pagar. Las Edes porque no cobra, y el gobierno porque el FMI se retiró ante los incumplimientos y falta de disciplina reiterada que ha venido mostrando irresponsablemente. Total, que con la bendita reelección, las Edes no hicieron intención seria de cobro y la gente no pagó.

Pasos de retraso de un país, donde la tarifa eléctrica anda por las nubes, porque el petróleo está caro en dólares al igual que los demás insumos necesarios para esta actividad, porque hay mucha corrupción; porque los que sí pagan, tiene que hacerlo también por los ladrones y evasores; porque la incapacidad de un gobierno ha disparado la moneda de 17 a 50 pesos por dólar (294%) y la inflación rebasa el 70%, y los sueldos siguen prácticamente iguales; porque la energía se paga en dólares y nosotros recibimos los mismos pesos de antes, ahora devaluados.

Hay personeros de dentro y de fuera de las Edes, que tiene su vaquita privada en clientes delincuentes que le pagan un alto porcentaje de lo que le «evitan» que el medidor marque. Cada día son más.

El gran periodista Aníbal de Castro, en su escrito también de ayer parodiando a Hamlet nos dice: «Robarse o no robarse la luz. He ahí la cuestión». Nos habla de la incapacidad material del pueblo de pagar una energía tan cara, que cada día sube y sube y escrito termina: «…Y mientras, el honrado ciudadano, con problemas de conciencia. «O me robo la luz, o cierro el negocio.» )Con quién nos confesamos y quién nos da la absolución?

Yo me atreví a hacer un comentario en línea a ese magnifico escrito que es el siguiente: «Nunca hay excusa para ser deshonesto. La disyuntiva es difícil. La tarifa que nos imponen tiene un alto componente de corrupción, otro de cubrir por los que no pagan, y el otro, los costos crecientes de los insumos petroleros, etc. Hay que racionalizar, pero nadie habla de ECONOMIZAR… He aquí un gran campo de acción.

Mi lógica es la siguiente: El dólar está caro. Los alimentos, la leche, las medicinas, la gasolina, todo está por las nubes, con razón la pobreza dice el PNUD aumento tanto en este gobierno, pero si nos dedicamos por ese hecho a asaltar supermercados y colmados, farmacias, gasolineras, etc., el país se devendría en un completo caos. Entiendo que la situación es desesperante, yo también vivo todos estos problemas, pero ya dimos el primer paso: Expulsar al gobierno incapaz y corrupto. Ahora viene el proceso de reconstrucción de los desechos que dejó este huracán terremoto tornado maremoto llamado PRD PHH, que como perro rabioso mordió hasta los de la casa.

Las excusas siempre se encuentran para justificar hechos injustificables

En el Sector Eléctrico desde hace 49 años venimos improvisando sin que nadie se atreva a hacer una verdadera revolución que resuelva de raíz este problema.

El PLD en su gobierno del 1996 2000, hizo lo más profundo que se ha hecho desde su dominicanización en 1955 y su nacionalización en el 1961, sin embargo, se cometieron errores y le faltó tiempo para corregirlos y completar su obra. El Gobierno del PRD que aun no termina, hizo un desastre. Lo último fue re adquirir las Edes quebradas a un precio superior al vendido, y luego de tenerla no cobrar la energía, por necesidades reeleccioncitas, agravando el problema.

A mi modo de ver, los dos problemas mayores que enfrenta este Sector son dos:

1.- El problema financiero, que surge del paternalismo con que se maneja la facturación y el cobro. Siendo, como ya dijimos, un área llena de corrupción, por falta de una voluntad gerencial con decidido apoyo estatal y político, y

2.- La composición del parque energético, donde abundan plantas diesel y de gas, relativamente pequeñas, usando ambas combustibles caros.

El primer problema es el de más difícil solución y el más prioritario a resolverse, pues no es posible seguir permitiendo que ricos y pobres se roben la energía eléctrica, y para hacer viable la empresa haya que poner una tarifa tan alta donde los que si pagan cubren parte de lo que roban o no pagan.

El segundo punto, es de más fácil solución, pues basta establecer un plan maestro de desarrollo, y apegado a él ir reemplazando las actuales plantas por equipos más duraderos y más eficientes, que usen combustibles más baratos, incluyendo además las energías no convencionales. El dinero para la inversión paulatina vendrá de la operación exitosa de la empresa y de las normas y requerimientos que se irán haciendo a los generadores privados, de precios acordes al coste internacional de la energía (1), lo que les obligará a instalar equipos más eficientes o desaparecer, y a ayudas y prestamos a largo plazo y bajo interés.

Para solucionar el primer problema el gobierno tendrá que pagar un costo político, según dicen los politiqueros, y como hasta ahora no han querido pagarlo, el problema sigue mal dirigido y peor enrumbado. Creo que el país anhela un gobierno responsable, que entienda que su mejor aval no es ser complaciente, sino hacer las cosas bien, aunque duelan, por el bien de la nación y no de un grupito que solo piensa en quedarse con lo más que pueda. Si un médico, ante un paciente con cáncer, por complacer, congraciarse y no mortificar, irresponsablemente sólo le pasa la mano y le dice palabras bonitas, y no opera, extrae el tumor, da quimioterapia y le devuelve la salud, va a quedar muy mal a la larga. En este caso los dolores del tratamiento y los gastos se olvidan, pues se obtuvieron resultados mucho más importantes.

Se deberá obligar a todo usuario de energía eléctrica, a pagar su consumo. Al igual que todos pagan sus teléfonos celulares, sin que chisteén ni se arme una pelotera…

El estado podrá en un principio y por el tiempo que se juzgue necesario, otorgar algún subsidio a los sectores más pobres, pero con limitación de consumo, de modo de no crear distorsiones irritantes.

Con una tarifa más asequible que todos los usuarios cubran, el sector eléctrico producirá los flujos necesarios a su estabilización, y nuestra nación podrá ser más competitiva en estos tiempos de esta globalización impuesta.

Hay otros problemas con los cuales hay que tener mucha marrulla para lidiar, y son los piratas, que sin ojo tapado, garfio visible y bandera de muerte, estafan a países, con el apoyo de criollos y la presión de organismos internacionales y embajadas «amigas» y poderosas, tendiendo a convertirse en Estados dentro del Estado.

En mi opinión nunca se debería volver a vender al «Sector Privado» las distribuidoras, ni mucho menos las hidroeléctricas y las líneas de transmisión que «algunos» tanto anhelan y presionan. Yo abogaría porque la CDEEE se convierta en una Corporación Estatal Autónoma, una especie de Banco de Reservas, pero con menos ingerencia estatal, para manejar el sector con personas serias, inamovibles por un período de 6 años, y la asesoría de empresas capaces y honestas, olvidándonos de las tipo ENRON, UNION FENOSA y similares.

Esta Corporación, tendría un director, un consejo y todos los organismos necesarios, y para tener éxito con el cobro de la energía, como nos esbozara el Ing. V. Macarrulla, se podría «concesionar» las oficinas comerciales de los barrios a personas naturales e influyentes del sector, sin politiquería barata, en base a una comisión sobre lo enviado, facturado y cobrado, y por tiempo definido, con contratos que pudiesen ser renovados. Muy bien supervisadas para evitar que crean que se sacaron la lotería. Si este plan diera resultados y se pudiese cobrar casi toda la energía servida, la tarifa dejaría de tener una parte importante de ella para cubrir la energía «perdida», y todos nos beneficiaríamos.

El Estado, mantendría su papel de diseñar, incentivar y supervisar el desarrollo eléctrico, como parte de la estrategia de todo el Sector Energético.

La supervisión sería similar a la que la Superintendencia de Bancos y el Banco Central, mantienen al Banco de Reservas.

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