Organicemos la solidaridad

Organicemos la solidaridad

No voy a hacer galas de un supuesto conocimiento sobre las últimas encuestas. Aparte de las informaciones sobre las candidaturas de los partidos que componen el bi-partidismo dominicano y la ominosa percepción que tiene “el dominicano” de su situación actual y de su futuro, las encuestas nos sirven para preguntarnos ¿qué podemos hacer? y ¿qué vamos a hacer para cambiar este desastre?

Todos decimos que hay que construir una alternativa política opuesta a la que representan los partidos de este sistema bi-partidista que permita despertar las energías contenidas en el cuerpo social. Pero resulta que no encontramos las vías y formas de construir ese “cocinado”. Repetimos eslóganes y prácticas comunes, pero al final lo que hacemos es repetir lo que hemos aprendido en estos 40 y más años, y competir utilizando ese mal estilo que hemos aprendido, y entonces el “cocinado” se nos daña o resulta totalmente insuficiente.

¿Por qué no tratamos de apartarnos de lo que hemos aprendido y nos aventuramos por caminos inéditos? Los sentimientos más humanos y revolucionarios que cada uno de nosotros alberga dentro de sí lo son nuestra capacidad de rebelarnos contra lo injusto y la solidaridad, y los métodos para practicar estos valores universales son los de discutir las cosas y decidir por votación lo que la mayoría quiere.

Si esto es así, ¿por qué no nos unimos, libremente, para practicar la rebelión contra lo que nos oprime y daña? ¿Y por qué no organizamos la solidaridad e impulsamos la rebelión contra lo injusto?

¡Vamos a practicar la rebelión contra el abuso de la policía y los aparatos del Estado contra la juventud en los barrios! ¡A practicar la solidaridad con las madres adoloridas e impotentes frente al asesinato y la represión contra sus hijos e hijas! ¡A piquetear los cuarteles policiales donde esta forma de exterminio y doblegamiento se practica! ¡Vamos a articular un aparato legal para socorrer a los jóvenes!

¿Y la rebelión contra la imposición de una escala salarial criminal? ¿Por qué no le dañamos la fiesta a las burocracias sindicales, abriendo puertas a la rebelión y la solidaridad por un mejor salario para todos y todas? ¿Y contra los ladrones que dañan el seguro médico de los maestros?

¿Por qué no practicamos la rebelión contra las pensiones de hambre y para derogar las millonarias pensiones de los altos funcionarios corruptos?

El campo para la rebelión, la solidaridad y para concitar el apoyo de miles de instancias organizativas e individuales es inmenso. En la organización de la solidaridad y la rebelión contra lo injusto caben todos los buenos dominicanos y dominicanas y sus organizaciones.

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