La Internacional de la Educación (IE), vocero del sector educativo en el mundo, que representa a docentes y trabajadores, abogó por una educación más plural que combata la discriminación en los ámbitos educativos y en la sociedad.
El organismo puso en tela de juicio la visión estrecha que considera la educación como un instrumento para enseñar a los estudiantes a convertirse en trabajadores cualificados.
Anunció que ha decidido, después de dieciocho años de formulación de políticas a través de sus Congresos y Conferencias en los planos internacional y regional, desarrollar una política integral en materia de educación.
En ella se resume la esencia misma de lo que ha hecho de la IE lo que es hoy y refleja los objetivos sobre los que ha de asentarse un servicio educativo consecuente con sus tradiciones, expresa en un manifiesto.
Plantea una perspectiva de la educación que atienda tanto a los valores de la sociedad a nivel local y mundial, como a las necesidades culturales, democráticas, sociales, económicas y medioambientales.
Recuerda que la educación es un derecho humano y un bien en sí mismo, que posibilita a las personas en todas las etapas alcanzar su máximo potencial, conocerse mejor y entender su papel y sus relaciones.
Indica que es un medio clave para la transmisión, el análisis y la adquisición y aplicación del conocimiento y la experiencia.