Organismo regulador dice que el FMI ignoró los riesgos de la crisis

Organismo regulador dice que el FMI ignoró los riesgos de la crisis

Alan Beattie
Washington

La ingenua admiración de la floja regulación financiera de Estados Unidos y el Reino Unido y una mentalidad de grupo guiaron al Fondo Monetario Internacional (FMI) a ignorar gravemente los riesgos que condujeron a la crisis financiera global, de acuerdo a su organismo regulador.

Un reporte fuertemente crítico emitido por la oficina de evaluación independiente publicado el pasado miércoles, decía que el FMI estuvo tarde en detectar los severos problemas interconectados en las economías avanzadas del mundo.

Tan tarde como el verano de 2008, la dirección de gestión del FMI estuvo confiada en que “E.U. había evitado un aterrizaje forzoso” y que “las peores noticias estaban justo detrás nuestro”, dijo el reporte.

 “La habilidad del FMI para identificar correctamente los crecientes riesgos fue obstaculizada por un alto grado de “mentalidad de grupo”, captura intelectual, y una concepción general de que una mayor crisis financiera en grandes economías avanzadas era improbable, así como enfoques analíticos incompletos”, según concluye el reporte.

El análisis del Fondo y el modelamiento económico se enfocaron grandemente en las perspectivas macroeconómicas y en el fracaso de detectar los enormes riesgos creando sistemas financieros en países tales como Estados Unidos  y el Reino Unido. “La vigilancia bilateral de la economía de E.U. falló en advertir a las autoridades sobre los riesgos pertinentes y debilidades políticas”, dijo el reporte. “El FMI a menudo parecía defender el sector financiero de E.U. y las políticas de las autoridades, mientras sus opiniones típicamente se asemejaban a las de la Reserva Federal de Estados Unidos”.

Voces críticas dentro del personal del FMI y desde afuera fueron típicamente ignoradas, dice. Incluso las advertencias ofrecidas en el  2005 por el entonces jefe economista del fondo, Raghuram Rajan, sobre la amenaza de una extensa inestabilidad financiera, no alteraron significativamente la corriente principal de pensamiento del FMI.

El reporte subraya la dificultad del FMI en expandir su análisis para incluir la estabilidad financiera debido a un enfoque intelectual anticuado, la falta de un experticio adecuado y la obstaculización de algunos gobiernos miembros. En los años en que se aproximaba la crisis, E.U. consistentemente refutó las solicitudes del FMI de permitir una evaluación de la estabilidad de su sistema financiero.

Dominique Strauss-Kahn, quien se volvió director de gestión del FMI cuando la crisis comenzó a desarrollarse en septiembre de 2007, dijo que él estaba de acuerdo con muchas de las conclusiones del reporte y  que el Fondo estaba ampliando su vigilancia en las economías y sistemas financieros de los países miembros.

A pesar de su falla en ver la debilidad de la economía mundial, al FMI recientemente se le ha dado un rol más importante tratando de negociar una resolución de los desequilibrios globales e intentar una vez más desarrollar un sistema de alerta prematura para las crisis financieras.

La respuesta del personal del Fondo dice que mientras muchas críticas de las políticas de la organización se justifican, el reporte resta importancia a las opiniones contrarias expresadas en el FMI y a la insuficiencia de data disponible para sus analistas.

Durante una gran parte del periodo que llega hasta la crisis, el FMI y sus principales países miembros estaban cerrados en una batalla interna respecto la vigilancia económica, pero uno se enfocó en los desequilibrios de la cuenta corriente y la política de tasa de cambio en los mercados emergentes antes que en las burbujas, financiera e inmobiliaria, en los países ricos.

Bajo presión de E.U., el FMI adoptó una línea más dura sobre la evaluación de la desalineación de las divisas, provocando una severa reacción de parte de China y de otras economías emergentes.

Subsecuentemente, Rajan dijo que la obsesión del FMI con la vigilancia de las tasas de cambio era un desastre total, lo cual hizo que el fondo mirara de reojo a los mercados emergentes.

Aunque el reporte del organismo regulador no culpa esta disputa por llamar la atención de las fragilidades financieras, este concluye: “El FMI enfatizó apropiadamente la urgencia de abordar los persistentes y crecientes desequilibrios de la cuenta corriente global, pero no observó cómo estos desequilibrios estaban vinculados a los riesgos sistémicos que se estaban creando en los sistemas financieros”.

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Áreas clave de crítica y  fallas internas

La habilidad del FMI de identificar los crecientes riesgos correctamente obstaculizados por: * Un alto grado de mentalidad de grupo. * La idea general de que una crisis financiera en las grandes economías avanzadas era imposible. * Enfoques analíticos incompletos. * Otras opiniones desairadas. * Voces críticas ignoradas dentro de su personal y fuera de este. * Problemas de análisis. * Dificultad de expandir su análisis para incluir la estabilidad financiera debido a un enfoque intelectual, la escasez de experticio, y obstinación de algunos gobiernos miembros. * La obsesión con la vigilancia de las tasas de cambio fue un desastre total.

El FMI va al confesionario; elabora un reporte de evaluación

La autocrítica, que por mucho tiempo  ha sido de rigor en la religión, la filosofía y (de una forma menos voluntaria) en las políticas totalitarias, llegó tarde a la economía. Pero, mejor tarde que nunca: El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado una evaluación de su rendimiento ante la crisis financiera. Este podría ser leído y objetado por los economistas de todo el mundo.

La Oficina de Evaluación Independiente del FMI, creada hace 10 años, después de la crisis financiera asiática, da un recuento directo de las pérdidas precrisis del Fondo. Y las pérdidas estaban ahí. Las publicaciones del FMI denotaron muchos de los riesgos que más tarde casi explotaron el sistema financiero global, pero ignoraron su escala y cuán interconectados estaban.

Los optimistas mensajes titulares de los reportes socavaron lo que podría haber sido presentado como motivo de alarma.

En parte las razones eran institucionales. Dentro del Fondo, los expertos financieros y macroeconomistas se comunicaban mal. La organización no vinculaba los hallazgos en los países donde riesgos similares estaban evolucionando, especialmente los epicentros del “boom” inmobiliario, ni consideraron plenamente la vulnerabilidad de un país para los riesgos observados en otros.

Pero también hubo fracasos intelectuales. Muchos de los analistas del FMI estaban atrapados dentro del mismo paradigma que la mayoría de los economistas: modelos ignorando en gran medida al sector financiero y la mentalidad de comprar la sabiduría convencional de una “gran moderación” en que la política monetaria ha sido perfecta y la innovación financiera había domado la volatilidad. Las voces disidentes, que sí existieron, eran a lo mejor ignoradas y a lo peor motivadas a caer en el silencio.

Sorprendentemente, estas acusaciones podrían muy bien ser niveladas contra todas las otras economías virtualmente establecidas, notablemente la mayoría de los bancos centrales, y gran parte de la profesión de académicos en economía. Los economistas puede que no lo admitan, pero ellos son seres humanos, y por lo tanto son propensos a las usuales fragilidades humanas de pensamiento de grupo y a una engrandecida evaluación de sus propias habilidades.

¿Qué significa esto para las opciones políticas de protegerse contra una nueva crisis? Mejores modelos económicos y una actitud más crítica incluso para los mejores modelos que tenemos, incluyendo escuchar las voces que están más allá del sacerdocio económico, pueden reducir nuestra ceguera a los riesgos emergentes. Pero, algunas crisis pueden ser inherentemente impredecibles. Estar alertas de lo que no conocemos podría motivar a una política de tomar precauciones incluso si no vemos peligro.

La rápida reacción del FMI a la crisis compuso por mucho tiempo su negligencia inicial. Investigar lo que estuvo mal es lo que está nuevamente guiando el camino. Ahora, otros podrían seguirlo.

Las claves

1.  Causas

Dentro del Fondo Monetario, los expertos financieros y macroeconomistas se comunicaban mal. Pero también hubo fracasos intelectuales. Muchos de los analistas del FMI estaban atrapados dentro del mismo paradigma que la mayoría de los economistas: modelos ignorando en gran medida al sector financiero.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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