Olga Vergés 
Durante la reunión anual de la Red de Observancia y Aplicación de la Normativa sobre la Vida Silvestre, Flora y Fauna (Roavis), expertos del área medioambiental coincidieron en que el tráfico ilícito de flora y fauna es un delito vinculado con la delincuencia organizada que requiere una respuesta seria y coordinada por parte de la comunidad internacional.
Christina Kish, gerente del Programa de Asistencia Técnica Internacional del Departamento del Interior de los Estados Unidos, instó a la sociedad civil, y sectores privados actuar ahora para desmantelar las redes que trafican con las especies y penalizar a los responsables, en virtud de que, no sólo representan una amenaza para la seguridad y el estado de derecho, sino que ponen en riesgo los ecosistemas.
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Instó a crear mesas de trabajos especializadas de carácter regional, que incluyan a las instituciones con un rol en la aplicación de la ley para que de forma organizada y coordinada aborden la problemática del tráfico ilícito de especies.
La actividad tiene como objetivo fortalecer los lazos de cooperación entre los fiscales generales, procuradores generales y ambientales de la región, así como la aplicación de la ley de los países miembros en las actividades operativas de la Red y garantizar asistencia jurídica internacional.
