En la entrega anterior explicaba el funcionamiento antidemocrático del Consejo de Seguridad de la ONU y las consecuencias y riesgos que ello conlleva. Basta observar la situación internacional actual y las sesiones del mismo para poder apreciarlo en toda su extensión.

Sin embargo, no es el único órgano global que padece de ese mal. Es también el caso de otros, entre ellos el FMI y el Banco Mundial, a los que me referiré en esta ocasión.

Sus mecanismos de dirección y toma de decisiones se sustentan en las concepciones tradicionales en que funcionan bancos u otras agencias financieras empresariales donde el control del paquete de acciones, o la posesión de las mismas en mayor o menor cuantía, da determinados privilegios. Es cierto que tanto el FMI y el BM son organismos financieros, pero internacionales y, consecuentemente, multilaterales. Ello les da un contenido diferenciador de una empresa privada. Juegan un rol relevante en el sistema global y, por lo tanto, requieren de mayor credibilidad y menores cuestionamientos. Solo lo van a lograr en la medida en que asuman los reclamos de reformas y democraticen un amplio espectro de su quehacer.

No hay dudas de que hay que tener en cuenta la incidencia en los mismos de grandes contribuyentes a sus fondos. No obstante, eso no les da derechos de “propiedad”. ¿Porque el Presidente del Banco Mundial tiene que ser, ineludiblemente, un norteamericano propuesto por el Presidente de los Estados  Unidos y el Director del FMI un europeo?

El Banco Mundial cuenta con 185 países miembros y 184 el FMI que, formalmente, constituyen una cooperativa. Se producen reuniones anuales de pocos días donde cada miembro designa un Gobernador como su representante. Para la toma de decisiones, durante el resto del año, se constituye un Consejo Directivo que en cada caso integran 24 Directores Ejecutivos.

En el BM el Consejo lo integran de manera permanente los cinco principales accionistas: EE.UU., Francia, Reino Unido, Japón y Alemania. Los otros 180 estados son representados por los restantes 19 Directores.

El Consejo del FMI lo integran, de manera permanente, los cinco principales accionistas: EE.UU., Japón, Alemania, Francia y el Reino Unido a los cuales se les unen, en iguales condiciones, China, Rusia y Arabia Saudita. Los restantes 16 integrantes del Consejo se eligen por dos años y representan a los otros 176 Miembros. La votación es ponderada, a mayor cuota de acuerdo con el volumen de la economía, más poder de voto y aunque se intenta una toma de decisiones por consenso el mecanismo definitivo esta ahí.

La coincidencia de la fórmula de decisión antidemocrática y el papel de casi los mismos países en todos los casos, realmente, no es pura coincidencia.