KEDMAY T. KLINGER BALMASEDA
klinger_psicología@yahoo.es
Una de las características de la mujer es la capacidad de comprender todas las esferas de su persona, todo su ser, en lo que tiene o en lo que quiere.
Judith M. Bardwick señala en su libro Psicología de la Mujer que así como lo masculino equivale a objetivo, analítico, activo, inclinado al pensamiento, racional, indómito, entrometido, obstaculizador, independiente, auto-suficiente, controlado emocionalmente, seguro de sí mismo y con una mente que discrimina, analiza, separa y perfecciona. Lo femenino corresponde a lo subjetivo, intuitivo, pasivo, de ternura, sensibilidad, e impresionable, dócil, receptivo, empático, dependiente, emocional y conservador; puesto que su mente capta relaciones en un cerebro que puede identificar emociones ajenas con más precisión, con una percepción intuitiva de los sentimientos, tiene tendencia a unir, aglutinar y concentrar, más que a separar.
Por eso, cuando la mujer se entrega a una tarea, lo hace disponiendo de su mente y su corazón, volcando en eso toda su humanidad. Esto permite que en el noviazgo, en el matrimonio, en dar a luz, criar a un hijo, trabajar y mantener un hogar, ella desempeñe celestialmente todas las tareas.
Sólo en Ella es que podemos encontrar esa característica de la subjetividad femenina, que procede del mundo emotivo y afectivo de la misma, lo que a veces trae consigo el que la mujer pierda la objetividad por involucrar su yo afectivo emotivo en la valoración de la realidad.
Ella adquiere seguridad revelando el bien y el amor que puede ofrecer a los suyos. Si al entrar dentro de sí se descubre sola, despreciada, utilizada, humillada y olvidada, eso produce una profunda inseguridad e insatisfacción que le llevará a encerrarse dentro de sí en una existencia frustrada y egocéntrica o a salir en busca de la evasión, sea negando su problema, refugiándose en los placeres materiales o huyendo al mundo profesional en busca de otra identidad. Por el contrario, si su dimensión afectiva es estable y plena, entonces ella percibirá en la esfera profesional otro campo donde ella puede irradiar su riqueza de mujer y su dádiva personal.
La mujer posee el Don de tolerar cierta imperfección en el plano de las cosas y los resultados, si por no mostrarse intransigente logra un clima de unión, paz, y armonía en las personas. Por eso la feminidad es una gran aportación al mundo social, político y laboral.
¿Hay algo más perfecto que la mujer? aún no lo conozco; por eso es un orgullo hoy poder desearnos a todas: ¡Feliz Día de la Mujer!