Orientación al campo

Orientación al campo

No sólo exenciones impositivas requiere la agropecuaria. Una parte de los productores que clasificamos como empresarios agrícolas tienen un sentido innato o aprendido de sus objetivos. Llevados por una inercia de siglos, empero, una gran mayoría requiere orientación y supervisión. Tal vez se ignore, pero la burocracia se ocupó de crear las posiciones para ofrecer este servicio. Y no por estos tiempos, sino desde muchos años atrás.

El ya olvidado programa 4-D fue introducido en la República Dominicana en el decenio de 1940 por los Estados Unidos de Norteamérica. Conocí y traté a uno de los directores de este programa al finalizar el decenio de 1950.

El Dr. Juan Stamers Smith me explicó en detalle cómo funcionaba este programa que complementó la “ley de las 10 tareas” del régimen de Rafael L. Trujillo. Orientación y guía como podemos percibir no es proceso exclusivo de naciones de menor desarrollo relativo.

En instantes determinados, todos los pueblos requieren pautas. Y para ello las naciones crean los Estados. Y éstos operan por actos de los gobiernos.

Nos encontrábamos en Japón cuando recibimos, hace varios años, una valiosa lección sobre el particular. El Dr. Hironobu Nakamura, una eminencia mundial en investigación médica, llevó a sus invitados a un restorán típico en Osaka. Todos nos sentamos, por imitación, replicando a la figura del Buda ante una larga mesa de apenas un pie de altura. El anfitrión, de los médicos que ayudaron a instalar el “hospital de los japoneses” dentro del Luis E. Aybar, comenzó a explicarnos qué había pedido. Geishas servían en nuestro derredor, mientras el Dr. Nakamura hacía esfuerzos por pronunciar en español lo que intentaba explicarnos.

La carne dijo, es de res. Mas no es carne corriente. Procede de un ganado que se cría siguiendo un arte tradicional en la crianza de vacunos en el suroeste de la isla de Honshu.

 El ganado tiene cría estabulada. Los campesinos alimentan este ganado con granos y jugos de frutas, principalmente naranjas. Pasan las manos sobre el ganado mientras le hablan.

 Ese ganado es sacrificado mediante procedimientos especiales que impiden que la carne se “tense”. Es una carne suave, de un sabor especial, y, sobre todo, cara. Pero es buscada en todo Japón y se recomienda a los visitantes extranjeros.

Para que esta antigua tradición no se pierda, las autoridades rescatan la esencia de esta forma de crianza. Tradicionalistas de todos modos y en muchos otros aspectos, procuran expandirla entre los ganaderos de Kobe.

Es, en la región rural que circunda a esta ciudad, en donde antiguos criadores hicieron suya esa forma de crianza. Las actuales generaciones, y quienes guían la producción, se esfuerzan porque el secreto no se pierda. Y eso ocurre en una de las naciones más ricas de la Tierra. ¿Qué podemos hacer nosotros?

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