Orientación del sentido de la obra

Orientación del sentido de la obra

El libro de cuentos “La sangre ajena” es el planteamiento de un problema literario y político. Es la simbolización de la sociedad dominicana y, dentro de esta, cada cuento, con sus personajes, simboliza el fracaso de un Estado fundado sobre un pueblo, no sobre una nación, desde 1844 hasta hoy, como lo teorizó Lugo en 1916, 1934 y 1936, y así lo asumió el resto de los pensadores criollos que bebieron en esa fuente.

No huelga repetirlo: el fracaso se ha debido a que el pueblo dominicano ha carecido de cultura política, de conciencia nacional y de clase y se ha mantenido así durante más de un siglo gracias a la virtualidad de la voluntad popular, unas veces mayoritaria (escasos momentos de democracia demagógica), otras veces minoritaria (90 años de dictaduras y gobiernos autoritarios) desde 1844 hasta hoy.

Por ejemplo, en el cuento que da título al libro, el personaje de Cleto el Policía, inventado por Marrero Aristy en “Over”, tiene otro funcionamiento, aunque le guiño el ojo al novelista. En el cuento, Cleto cuenta su origen, hombre de andanzas junto a Sindo Colorao, un asesino emblemático de la montonera y en cuyo cuerpo victimado en una emboscada, reencarna Sabita Burgos, símbolo perfecto del guerrillero libre y del brujo de todas las épocas.

En “El testamento de Penson” persiste la ideología del escritor auxiliar del poder. Aquí es un músico abusado sexualmente en su infancia por un cura. Lo del manuscrito es un procedimiento literario para incautos, como se ve al comparar este texto con “El suplicio de fray Juan de Bordón” (p. 99-132), con “La verdadera muerte de Juan Ponce de León” (p. 57-85) y con “El corazón de Voltaire”, obras en las cuales Luis López Nieves rehabilita el género epistolar para sus cuentos y novela.

En “La conspiración de los extranjeros” he querido simbolizar el dilatado reino de la pequeña burguesía en la historia política dominicana desde la época de Sánchez Ramírez hasta finales del siglo XIX. Una mujer, Constancia del Fresno, mulata, personaje completamente ambiguo, pues no se sabe si es haitiana, venezolana o dominicana, es decir, tan inestable como su clase social, pero que gracias a esas habilidades que caracterizan a nuestro pequeño burgués, logra atravesar la política durante casi 70 años y salir indemne frente a todas las adversidades. Su continuadora en el siglo XX es la protagonista del irónico texto “Una víctima de la tiranía”.

Finalmente, la encarnación simbólica del bajo pequeño burgués pobre son los personajes de Angito en “El sueño del matarife”, de J y su hermano, asesino frío y sin nombre en “Fratricidio”. Así como la familia de Santa Prisca del Corazón de Jesús del Carpio en “El equívoco”.

Todos, mujer y hombres, carecen de conciencia política, nacional y de clase; su ambición es escalar socialmente, obtener riquezas a cómo dé lugar; realizar el sueño americano y lo simbolizan cabalmente, con excepción del hermano de J. Esas ambiciones se vienen abajo porque la pequeña burguesía dominicana vive de ilusiones y  confunde la realidad con sus deseos. Todos son candidatos a miembros del Partido Yankista Dominicano. El hermano de J es el símbolo del triunfador porque ha incursionado en el mundo de las drogas. Y el negocio de las drogas es una prolongación en América Latina de la acumulación originaria vivida en Europa hasta principio de siglo XIX. Es, pues un problema político, social y militar. Se habla de narco-Estado para significar que el negocio de las drogas posee un Estado abstracto, con su jerarquía, su Ejército, su servicio secreto y su razón política.

Los jefes no exigen otra cosa que su legitimación social, una vez que su dinero haya sido blanqueado y su admisión en el seno de la burguesía, de la misma manera que los burgueses exigieron su admisión y legitimación ante la nobleza. Como esta se negó a aceptar a los burgueses, a quienes consideró gente despreciable, indigna, tosca y carente de refinamiento, en Inglaterra los burgueses le cortaron la cabeza al rey en 1643 y en Francia en 1793 guillotinaron a Luis XVI y María Antonieta.

El escrúpulo moral de la burguesía en contra de los jefes del narco es que la droga mata a la juventud, a la fuerza laboral y las clases subalternas, y hasta los mismos hijos de la burguesía que se aventuran en ese mundo. Es una riqueza que los Estados no pueden controlar ni ponerle impuestos.

No hay ninguna diferencia entre los millones de niños, mujeres y obreros muertos durante la fase industrial del capitalismo en el siglo XIX y principio del XX. Sea en las minas inglesas o en las calles londinenses, se trata de la misma muerte, del mismo regulador demográfico universal. El tratamiento literario de este problema de la droga como acumulación originaria le da un carácter de verosimilitud que un escritor no puede tratarlo moralmente como un fracaso, porque no lo es.

Hay más, en “El equívoco”, el padre postrado en cama simboliza el fracaso de la sociedad dominicana patrimonialista y clientelista y su disfuncionalidad en el ámbito hogareño al ser la familia la unidad dialéctica de lo social. El hombre trató de construir una casa, de elevar sus niveles, pero la esposa y los hijos, que simbolizan el patrimonialismo, se apoderan de los bienes comunes y matan metafóricamente al paciente. El médico, impotente para sanarle, simboliza a los políticos dominicanos.

Vista la orientación política del sentido de la escritura en “Seva” y en “La sangre ajena”, ahora me queda por examinar qué significa escribir bien. ¿Están bien escritas? ¿Cumplen con ese primer requisito exigido por la obra de valor literario? Téngase en cuenta que escribir bien, muy bien, es una relación dialéctica con la orientación política del sentido de una obra, de su ritmo, es decir, que son como el anverso y el reverso de una hoja de papel.

En síntesis

Hoy como ayer
No hay ninguna diferencia entre los millones de niños, mujeres y obreros muertos durante la fase industrial del capitalismo en el siglo XIX y principio del XX. Sea en las minas inglesas o en las calles londineses, se trata de la misma muerte, el mismo regulador demográfico universal.

Publicaciones Relacionadas