Origen de la escalada de precios del petróleo

Origen de la escalada de precios del petróleo

POR DANIEL ROOK
LONDRES (AFP).- El imparable alza de los precios del petróleo, alimentado por crecientes tensiones sobre la producción, es el resultado de años de reducción de inversiones de capital por parte de las compañías petroleras y los productores de crudo, que afrontan ahora grandes problemas para responder a la voraz demanda de «oro negro», según los especialistas.

   Dadas las limitadas capacidades de producción, los temores de una perturbación de la oferta en Irak, Venezuela o Rusia han propulsado los precios del petróleo a niveles récord, que han rozado los 50 dólares el barril en Nueva York.

   Los grupos petroleros y los productores quedaron sorprendidos por la vertiginosa subida de la demanda, principalmente en China, cuyo gigantesco apetito por el crudo se debe al crecimiento de su Producto Interior Bruto (PIB), que se elevó a 9,6% en el segundo trimestre de 2004.

   Este desfase ha llamado la atención sobre la falta de inversiones crónica en la industria del petróleo, subraya Robert Skinner, director del grupo de estudios británico Oxford Institute for Energy Studies.

   «Hubo un largo periodo de reducción de inversiones de capital. Los gastos de las grandes compañías petroleras en la exploración y producción del petróleo y el gas bajaron, y ahora, están subiendo», dijo.

   Pero estos grupos se vuelcan en la obtención de un petróleo «muy difícil y muy costoso de explotar», como es el de las aguas profundas de Africa Occidental o del Golfo de México, destacó.

   Según Paul Horsnell, analista del banco Barclays, hubo en efecto una falta de inversiones en la industria petrolera durante la década de 1990 que causó «muchas lagunas de oferta en la producción, refinado, perforación y capacidad de gestión», explicó.

   La caída de los precios del petróleo a finales de la década del 90 – las cotizaciones se desplomaron hasta los 10 dólares el barril en 1998- llevó a las compañías petroleras a reducir sus costos y multiplicar sus operaciones de fusiones y adquisiciones, provocando un cambio cultural y estructural de la industria.

   «Muchas firmas petroleras suprimieron a ingenieros y geólogos, que dirigían las compañías durante el periodo de expansión y crecimiento de las inversiones de capital, y contrataron a contables y abogados y expertos financieros», dijo.

   Según el experto, no se le puede reprochar a los productores no haber invertido en la industria.

   «Las grandes compañías no invirtieron lo suficiente, pero porque el mercado no se lo permitió», debido a los bajos precios del barril, indica.

   «Con bajos precios, no se invierte en la industria. Por eso hay ahora lagunas en la oferta y falta de capacidad en la industria del refinado», principalmente en Estados Unidos, señaló.

   Los productores, sobre todo los de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP), también se mostraron reticentes a invertir sus ingresos petroleros en la exploración y prefirieron financiar sus presupuestos.

   «Para los miembros de la OPEP, era verdaderamente difícil, y no era rentable, crear capacidades excedentarias de producción sin utilizarlas», indicó Muhammad-Ali Zainy, analista del británico Centro de estudios sobre la energía (Centre for Global Energy Studies).

   En vez de eso, optaron por apoyarse en Arabia Saudita, el mayor exportador del mundo y el único país dispuesto a invertir, agregó el analista.

   Esta situación explica que la capacidad de producción de la OPEP no ha variado desde hace 30 años, reconoció recientemente el ex ministro argelino de Energía, Sadek Bussena.

   «En 1973, durante la primera crisis petrolera, la OPEP tenía una capacidad de producción de 31 millones de barriles diarios (mbd), la misma que tiene ahora», subrayó.

   Sin embargo, con los precios del barril a niveles récord, las compañías petroleras y los productores disponen ahora de amplias sumas para invertir en la exploración.

   Pero tomará mucho tiempo antes de que el mercado del petróleo sienta los efectos de esas inversiones, reconoció Bussena.

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