Origen histórico de Funglode

Origen histórico de Funglode

DIÓGENES CÉSPEDES
diógenes.cespedes@gmail.com 
La constitución histórica de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode) es como el nacimiento de la auyama.

Nace graciosamente, según los documentos del Baninter, el 3 de enero de 2000, cinco meses antes de las elecciones de aquel año. Las encuestas daban como ganador a Hipólito Mejía, ya que Balaguer, vivo, había roto los vínculos con quienes llamaba los “comesolos” y, como hizo con Leonel Fernández en 1996, fue quien bajó, como César, el pulgar para sepultar a Danilo Medina.

La génesis histórica de Funglode no es como la de una vulgar oenegé sin fines de lucro, regida según la ley 520 de 1920. Pongamos por caso La Casa del Escritor, la cual, como cualquier hija de vecino, tenía por misión realizar actividades culturales y defender los derechos de los escritores, pero arañando chelitos. No, Funglode surge como una corporación privada, propiedad de un único dueño a quien le quedan cinco meses en la Presidencia de la República y otea la derrota en el horizonte. No le conviene que gane Medina, pues eso significaría el relevo del liderazgo de Fernández en un país donde caducaron los líderes carismáticos fundamentales, muerto uno y los otros dos con un pie en la tumba.

Frente al control del partido oficial en el poder por parte de Medina, Leonel Fernández otea en el horizonte que al salir de la Presidencia no tiene el dominio de un PLD como lo tuvo Juan Bosch. Ante la posibilidad de que Medina pierda y controle el partido, como jefe de campaña que fue, y así lo percibía la opinión pública, el Presidente, que será ex a partir del 16 de agosto de 2000, se prepara para mantener los amarres que ha hecho durante esos cuatro años, lanza en ristre, presto a enfrentar lo que suponía le depararía la posible derrota de Medina.

Incluso cuando Fernández prepara la creación de la Fundación durante 1999, puede otear la posibilidad de una victoria de Medina y como quiera la oenegé entrará en funcionamiento, en sustitución del PLD.

Pero, ¿con cuáles recursos se crearía esa metáfora de oenegé que funcionará como sustituto del PLD? En política patrimonialista y clientelista nadie pone dinero de su bolsillo. Los once millones de pesos que el presidente saliente declaró como patrimonio, jamás irían a engrosar las finanzas de Funglode.

Ni siquiera parte del peculio personal de los primeros firmantes de la asamblea constitutiva de Funglode: Juan Temístocles Montás, presidente; Carlos Julio Dore Díaz, vicepresidente; Gustavo Montalvo Franco, secretario, y los vocales  Etanislao Pérez Guzmán, Milagros Carolina de León de Melgen, Aida Esther Montero Morales y Natasha Despotovic. Ni siquiera del comisario de cuentas, el hoy Procurador General Radhamés Jiménez.

¡Qué va! Los folios del Baninter en manos del Banco Central muestran que fue de los bolsillos del empresariado nacional de donde se nutrieron las finanzas de Funglode. ¿Cómo le llama Carlos Marx en el capítulo de “El Capital” dedicado a la acumulación originaria a este tipo de operación?

La mayor extracción de la plusvalía al empresariado se hizo antes de Fernández dejar el poder.

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