Orígenes del desarrollo turístico dominicano

Orígenes del desarrollo turístico dominicano

A partir de la muerte de Trujillo, las nuevas autoridades cifraban en el turismo, el mejoramiento de la economía nacional que debido al estado de terror que se vivía en la época del dictador, pocos extranjeros se aventuraban a incursionar, no obstante los grandes atractivos que posee la República Dominicana, especialmente la ciudad primada de América.

En el año de 1967, el Gobierno dominicano acudió al “Programa de Asistencia Técnica Directa de la Organización de los Estados Americanos”, la cual contrató a la firma H. Zinder Associates, Inc. de la ciudad de Washington; la cual presentó el “Informe Final de la Misión No. 5-386 a la República Dominicana en materia de Desarrollo Turístico.

Alrededor del año 1963, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) había suscrito un convenio para el Desarrollo Turístico de la Región Este en donde se destacaba la enorme extensión de playas, en donde la arena era tan blanca, que se confundía con azúcar blanca, si la misma era vertida sobre su superficie.

Pero aunque este estudio resultó muy favorable, la Región todavía carecía de los servicios básicos; tales como vías de comunicación aceptables; aeropuertos cercanos a las playas; hoteles que pudieran alojar turistas exigentes; personal, al menos bilingüe y especializados en departir con los extranjeros; turoperadores para guiarlos en los lugares de atracción y diversión nocturna.

En ese estudio se analiza, el porqué nuestro país teniendo una posición geográfica privilegiada en medio del continente americano, no había despegado, tal y como había ocurrido con lugares circunvecinos, como Puerto Rico y las Bahamas. En este informe se hizo un comparativo en el cual resultó, que mientras Bahamas recibía aproximadamente 900,000 visitantes, Puerto Rico unos 800,000 y las Islas Vírgenes 600,000, la República Dominicana apenas, en el año 1967, recibió solamente 45,000 turistas. Aunque todos situados en el mar Caribe, la enorme diferencia es obvia.

El estudio estaba basado en 8 ejes fundamentales para tener posibilidades de éxito.

1. Necesidad imperiosa de apoyo político, ya que sin el mismo, cualquier iniciativa, dada la diversidad profusa de políticos ambiciosos, podrían boicotear cualquier iniciativa.

2. Organización, ya que en los albores, la organización estatal brillaba por su ausencia. 3. Necesidad de hoteles confortables, puesto que en Santo Domingo solo existían tres: El Embajador (275), Hispaniola (138) y Jaragua (100) haciendo un total de 513 habitaciones, cifra insuficiente para una ciudad capital.

4. Capacitación, técnicos competentes para formar guías turísticos y los conductores de los vehículos que transportarían los visitantes.

5.Transporte, el país debería utilizar las tarifas privilegiadas para Puerto Rico y conformar un equipo de agentes de viajes y coordinar con las líneas aéreas internacionales tarifas económicas.

6. Promoción, deberíamos incentivar a visitar la ciudad de Santo Domingo y establecer un logotipo como el que actualmente tiene el Ministerio de Turismo: “La República Dominicana lo tiene todo”, acompañando de cortos con paisajes, playas, lugares históricos y diversiones.

7. Trato a los turistas. Es imprescindible sacarle provecho al grado de amistad que demuestra un dominicano frente a un extranjero. Esa amabilidad, aunque no se crea mucho en ella, vende.

Sin lugar a dudas, el Gobierno y el pueblo dominicano han aprendido enormemente a tratar de manera amistosa y fraternal al turista que nos visita, inclusive, hasta se desborda por querer que los que nos visiten queden con ganas de volver. En ese aspecto, somos un pueblo único.

En 1963 Unesco firmó un acuerdo para el Desarrollo Turístico de la Región Este

El estudio analiza porqué pese a su posición privilegiada RD no despegaba

Se destacaba la enorme extensión de playas, de arena muy blanca

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