ORLANDO, EEUU.  AFP. En medio de un aluvión de críticas de sus propios fanáticos, y teniendo enfrente a unos Lakers beneficiados por la buena suerte y la experiencia, los Orlando Magic necesitan a toda costa encontrar la fórmula para mejorar su juego, y mantenerse con vida en la final de la NBA.

Los Magic, que están debajo 1-3 en la serie al mejor de siete por el título de la temporada 2009, tratarán de evitar la humillación de tener que coronar a los Lakers en su Amway Arena de Orlando, y para ello acudirán a todas sus armas en el vital juego de hoy.

Jugando un baloncesto que ha fluctuado entre lo brillante y lo inmaduro con demasiada frecuencia, los Magic se colaron en una final que estaba diseñada para ser un duelo entre los superastros Kobe Bryant y LeBron James.

Por el camino dejaron a dos grandes favoritos como Celtics y Cavaliers, a base de un juego más práctico que fantasioso, en ambos casos regresando de atrás.

“Este equipo ha sido resistente toda la temporada, y ha demostrado un gran carácter para reponerse de situaciones adversas”, dijo el técnico de Orlando, Stan van Gundy.

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Un milagro

Los Magic están en modo de supervivencia, lo cierto es que necesitan de terapia intensiva para conseguir un milagro. Nadie, en toda la historia de finales de la NBA, ha logrado remontar un 1-3 y ganar el campeonato.