ORO COMESTIBLE un ingrediente de lujo

ORO COMESTIBLE un ingrediente de lujo

El oro es un metal precioso que seduce y encanta hasta al menos pretencioso. Y es que, ¿quién se resiste a lucir un fino brazalete, una sortija o un reloj de oro?
Su brillo y esplendor también han causado sensación en el universo culinario, y aunque para muchos puede resultar un tanto difícil de creer, o quizá una gran exageración, el oro comestible tiene su espacio en la alta cocina de muchos países.
Suele comercializarse en pepitas o semillas, finas láminas o en polvo.
Es en el mundo de la repostería, donde este brillante y dorado metal tiene mayor cabida. Es utilizado para la decoración de pasteles, especialmente de bodas, para helados, bombones, trufas…
Pero, también se puede agregar a algunos platos salados, como ensaladas y mariscos, así como a bebidas.
¿A qué sabe el oro comestible? De seguro, esta es una de las interrogantes más frecuentes en cuanto al novedoso oro comestible. Le contamos que, en realidad, éste es un metal libre de sabor que no contiene químicos, y su textura es blanda, tres características que van perfectas con la gastronomía.
Pero, si no tiene sabor, ¿por qué se ha convertido en un ingrediente tan codiciado? Pues… por las cualidades estéticas que le aportan a un plato y porque, al ser algo tan llamativo y extravagante, le confiere al comensal un estatus de privilegio.
¿Dónde se consume? El uso del oro en la cocina no es cosa de ahora, este material precioso era utilizado en el antiguo Egipto para dar un significado religioso y estatus superior.
En la actualidad, en India, las hojas de oro se utilizan para decorar pasteles de bodas. En algunos restaurantes de China se sirven bebidas con polvo de oro mientras en Francia y Suiza se venden trufas de chocolate adornadas con fragmentos de oro.

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