Orquesta Sinfónica de Castilla y León deleita
al público

Orquesta Sinfónica de Castilla y León deleita <BR>al público

POR JORGE RAMOS
Con la Sala Eduardo Brito del Teatro Nacional casi llena, se presentó el miércoles la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, dirigida por el maestro colombiano Alejandro Posada. Inició a las 8:45 de la noche cuando el público recibió con  aplausos al ganador del primer premio del Concurso para Directores Jóvenes, organizado por la Orquesta de Cámara de Viena.

Con la calidad musical que caracteriza a esa institución musical de España, fundada en 1992, el concierto comenzó con la Suite No. 2 de “El sombrero de tres picos”, del español Manuel de Falla, que consta de tres movimientos: “Danza de los vecinos” (seguidilla), “Danza del molinero” (farruca) y “Danza final” (jota).

La segunda composición de la noche tuvo como solista a la flautista española Clara Andrada de la Calle con el Concierto para flauta y orquesta, del músico francés Jacques Ibert, una interpretación que exige mucha demanda técnica que la artista supo dominar.

La joven ejecutante de 23 años, ganadora del premio Mick Baines 2004, se llevó las ovaciones del público dominicano y extranjero, algunos de los cuales la aplaudieron faltando el tercer movimiento, “Allegro scherzando”.

Tras un breve intermedio de diez minutos, regresó Posada al podium, y batuta en mano y con enérgicos movimientos, dio inicio a la segunda y última parte del concierto con la Sinfonía No.9 en Mi menor, Opus 95, “Del nuevo mundo”, de Antonin Dvorak, donde al final se lució la orquesta con todos sus instrumentos.  

La Orquesta Sinfónica de Castilla y León vino a Santo Domingo procedente de Colombia, donde ofreció cinco conciertos en las ciudades de Medellín, Bogotá, Cartagena y Barranquilla.

Cositas

 A las 9:25, durante el intermedio, se le permitió entrar a la sala a las personas que llegaron tarde al concierto.

 Algunos de los espectadores se precipitaron y aplaudieron a la flautista antes de concluir el concierto para flauta y orquesta, del compositor francés Jacques Ibert.

 La grabación del Teatro donde invitan al público a apagar los teléfonos deben modernizarla y quitarle la parte que se refiere a los beepers, pues ya estos aparatitos no se usan.

 La oscuridad del parqueo del Teatro Nacional es un riesgo para sus visitantes. Con el grado de delincuencia que hay en el país, cualquiera se mete en miedo para caminar hasta donde dejó su vehículo.

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