Sin sobresalto, sin nada nuevo en el escenario político, y luego de enviar a la cárcel o darle arresto domiciliario a más de siete potenciales candidatos, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra, no solo logró su reelección, sino que barrió en las elecciones del pasado día 7.
En la lista de los aspirantes presidenciales encarcelados figuran Cristiana Chamorro, hija de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro y el fallecido periodista y excompañero de Ortega, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal. Durante la campaña Cristiana lucía con mucho potencial frente a Ortega.
Otros presos son el exembajador en Estados Unidos, Arturo Cruz; el presidente de la Unidad Nacional Azul y Blanco, Félix Maradiaga; y el sobrino de Violeta, Juan Sebastián Chamorro, entre otros. Luego de los cuestionados comicios la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) cifró en 159 los presos políticos en Nicaragua.
Se resalta el apresamiento de la exguerrillera sandinista Dora María Téllez, de 66 años, la Comandante Dos, quien junto a Edén Pastora, el Comandante Cero, tomó el Palacio Nacional durante la revolución sandinista.
Ahora Ortega y su esposa Rosario Murillo, a quienes el Consejo Supremo Electoral proclamó este viernes como presidente y vicepresidenta electos con más de un 75 % de los votos, no lucen con caras de fiesta, y buscan un paraguas para el aluvión de críticas que organismos como la ONU, la OEA, la Unión Europea y otros ya lanzan sobre tan cuestionado torneo electoral, y condenan la multitud de pre-candidatos que enviaron a prisión.