POR ROSA ALCÁNTARA
Milagros Ortiz Bosch confirmó ayer que tuvo diferencias con el renunciante presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Vicente Sánchez Baret, y que la amenazó con medidas disciplinarias.

Asimismo, Ortiz Bosch, presidenta de la Comisión Organizadora de la XXII Convención del PRD, dijo que posiblemente le haya afectado su carrera política el haber apoyado la candidatura reeleccionista del entonces presidente Hipólito Mejía.

En otro orden, admitió como positivo en los 100 días de gobierno peledeísta las bajas en la inflación, en los intereses y la tasa de cambio, que han provocado el control del déficit cuasifiscal del Banco Central.

Empero, Ortiz Bosch afirmó que el discurso del presidente Leonel Fernández del pasado lunes reveló que el gobierno necesitaría 100 días más para que dé indicios de solución a los grandes problemas nacionales como son energía eléctrica, la seguridad y los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Con respecto a la convención extraordinaria de reforma estatutaria, celebrada el pasado domingo, la ex vicepresidenta de la República, consideró inteligente la decisión del ex mandatario y los miembros del PPH de levantar la mano en contra de la reelección.

Dijo que en un momento dado tuvo que ser incoherente con su posición antireeleccionista.

Expresó que cuando vio lo que iba a pasar con el PRD, es decir que de todas maneras perdería las elecciones, negoció que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) su designación como presidenta de la comisión organizadora de la convención, para producir los cambios en esa entidad, con miras al futuro.

Aseguró que ese paso dado le ha dado la oportunidad de estar hablando ahora de plebiscito, congreso, rendición de cuentas, colegios electorales, entre otras reformas.

Sobre la decisión de apoyar la reelección al final de la campaña política expresó «es posible que me afectará en mi carrera política, porque además uno se queda sin discurso. Cometí errores de discurso, quedé impávida en algunas cosas pero no me quedé atada, me quedé haciendo lo que tenía que hacer junto a un millón de perredeístas y una realidad que hay que cambiar».

Con relación a las diferencias que tiene con Sánchez Baret expresó que ambos fueron senadores juntos por seis años, por lo que conoce su temperamento, entereza y honestidad.

Desmintió que le haya dicho dictador a Sánchez Baret. «No hablo mal de nadie. No digo malas palabras. No califico. Tengo ideas y las defiendo y por ellas trabajo».

«El gran conflicto era sobre visiones de cómo hacer las cosas, más que nada con el presidente. Sentí que me amenazaron con medidas disciplinarias y eso no lo asimilo», subrayó.

Con relación al sometimiento a la justicia de ex funcionarios y sindicalistas sobre el Plan Renove, consideró que el PRD debe defender el debido proceso y hacer que la investigación se lleve hasta sus ultimas consecuencias.