El geólogo Osiris de León consideró ayer que hay que ser muy cuidadosos antes de tomar la decisión final sobre la construcción de la carretera San Juan-Santiago, ya que existe un alto riesgo de que se convierta en un error muy costoso desde el punto de vista ambiental, vial y económico.

Dijo que ese riesgo no se corresponde con el reducido flujo de pasajeros y carga que tendría esa ruta, debiendo tomarse en cuenta la presencia de tres áreas protegidas que serán intervenidas y afectadas, la existencia de dos importantes represas y las actuales limitaciones presupuestarias del Gobierno.

Afirmó que el fideicomiso propuesto para esa carretera tendrá que ser cubierto con los peajes de las otras carreteras del país, pues esa vía no va a generar recursos económicos para el repago de los US$500 millones que costaría, más los intereses financieros.

Dijo que si no existiese la carretera de Constanza, quizás se podría estudiar la factibilidad de esa carretera por San Juan, pero que existiendo la posibilidad de unir al centro del Sur con el Cibao, a través de la ruta Padre Las Casas-El Guayabal-Constanza, la cual sería de apenas 50 kilómetros, a un costo de 70 millones de dólares, no tiene ningún sentido técnico abrir la vía planteada. Recordó que ningún Gobierno anterior ha querido abrir la ruta San Juan-Santiago por los riesgos citados.

De León cree que algunos sectores han presionado para la apertura de esa carretera rompiendo transversalmente la cordillera Central y los parques José del Carmen Ramírez, Armando Bermúdez y Manolo Tavárez, y poniendo en peligro las presas de Sabaneta y Monción, las cuales abastecen a San Juan y a la Línea Noroeste.

Advierte que si esas presas se llenan de sedimento, miles de personas podrían quedarse sin agua potable, igual que canales de riego y se reduciría la producción de energía hidroeléctrica barata, en momentos en los que el Gobierno quiere aumentar la producción de energía de bajo costo.