Osteoporosis, desde atención primaria

Osteoporosis, desde atención primaria

Basados en la atención primaria de salud (APS) y a partir de los principios que la rigen, la actuación más efectiva debe desarrollarse desde la prevención primaria y para ello se establecen medidos generales aplicables a todas las enfermedades crónicas.
Revisar los órganos de los sentidos tiene especial importancia en los envejecientes, ya que existe pérdida de audición y de agudeza visual, predisponiendo a las alteraciones del equilibrio, incrementando la posibilidad de caídas, con el consiguiente riesgo de fracturas. Así mismo hay que destacar los hábitos tóxicos entre ellos el consumo de cafeína, alcohol y especialmente el tabaco como cofactores para la pérdida de calcio. Los pacientes fumadores tienen una menor densidad mineral ósea. Este efecto es dosis-dependiente, pero reversible. El tabaco ejerce un efecto directo sobre el hueso y también influye sobre los niveles hormonales que actúan sobre el remodelado óseo.
Deberemos prestar atención especial a las pacientes con una historia familiar de fractura de bajo impacto, o si ellas mismas la han sufrido en periodos precoces (antes de los 50 años), extremando en este caso las actividades preventivas. El primer paso antes de recomendar un tratamiento es evaluar al paciente para determinar si se trata de una osteoporosis primaria o secundaria, con el fin de detectar las enfermedades que la provocan, algunas de las cuales suelen pasar desapercibidas.

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