Otorgan ascenso póstumo a seguridad Juancito

Otorgan ascenso póstumo a seguridad Juancito

Momentos de dolor y desconsuelo protagonizaron ayer familiares del sargento mayor del Ejército, Luis Alfredo (Archi) de Jesús Medina, guardaespaldas del alcalde de Santo Domingo Este, Juan de los Santos y quien también murió ayer a manos de Luis Esmerlin Féliz Féliz.

¡Ay Dios mío, por qué las cosas tuvieron que ser así!, exclamaba en medio del llanto el señor Santos de Jesús, padre de Archi, como le decía a su único hijo, sin parar de llorar la irreparable pérdida.

Mientras, en la capilla reposaban los restos de Archi, de quien se dice en vida actuó con rectitud, pero siempre con generosidad, llevando en su pecho una flor blanca que contemplaban con tristeza dolientes, quienes se resistían a distanciarse del ataúd.

Las lágrimas parecían estar dibujadas en cada uno de los rostros que regresaban de dar el pésame a la viuda María Altagracia Mercedes Taveras, quien ahora deberá continuar sin su compañero de vida, con la crianza de sus pequeños Cheila y Luis.

La actitud de valentía y arrojo que tuvo Archi al defender a su también extinto jefe Juan de los Santos, y que le costó la vida, mereció que fuera ascendido de manera póstuma a segundo teniente del Ejército de la República Dominicana (ERD), según informó el mayor general del ERD, José Matos de la Cruz.

“En el incidente mostró valor y coraje, dado que las informaciones que tenemos de primer momento, al oir los disparos todo mundo huyó, y él entró a tratar de enfrentar la situación y es cuando es abatido, o sea, que cumplió con su deber con valentía, con honor, con orgullo”, subrayó Matos.

Dijo que la muerte de de Jesús deja un gran dolor dentro de la familia del Ejército, más que fue en el cumplimiento de su deber.

De Jesús, de 34 años tenía más de una década en las filas del ERD, y cerca de ocho años sirviendo en la seguridad del alcalde.

Sus conocidos lo definieron como un “un tipo bien, que no le gustaban los malos coros”, y siempre presto para servir.

El guardián de la familia. “A veces, cuando él salía a caminar en el Mirador con Juancito, me sorprendía por atrás, y me decía no se asuste, que es su guardián”, contó con nostalgia su tía Esmérida de Jesús.

Recuerda que él siempre decía: “tía, yo sé que usted cree en Dios, pero aquí en la tierra quien la cuida soy yo”.

Los deseos de Ramona Pérez, quien vio crecer a de Jesús y que lo sentía como un hijo, era que la noticia de la tragedia, en que el homicida también se quitó la vida, fuera una mentira. Hoy lamenta haberse distanciado de él, pues hace años no vivían en el mismo lugar.

Familia tendrá hogar. Por orden superior también se ordenó que se concluya la vivienda del fallecido, para que la familia que le sobrevive no quede sin techo.

Panegírico y honores se rendirán hoy a las 10:00 am, en el cementerio Cristo Salvador.

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