Otra estación de la vida

Otra estación de la vida

BIENVENIDO ALVAREZ-VEGA
En estos días todos nos deseamos, cuando nos encontramos y cuando nos saludamos, un “próspero y venturoso” año 2006. Una frase al uso pero no por ello deja de estar carga de buenos y sinceros deseos para quienes son los nuestros más cercanos, es decir, los parientes, y para quienes son los nuestros en la vida cotidiana, que son los que nos quedan cerca, los que comparten la cotidianidad en el entorno vital de cada cual.

Hoy llegamos, en el tren de la vida, a esa frontera del tiempo que es cruzar, en nuestra imaginación, de un lado a otro, es decir, de un año a otro, del 2005 al 2006.

Todos “vemos” las fronteras del tiempo. Basta con mirar hacia atrás para contemplar las alambradas que hemos ido dejando, unas veces alegremente y en otras ocasiones cargados de tristeza y de dolores. Cada año es, para nuestras cuentas, un tramo del camino o, para continuar con la metáfora, una estación del tren que nos conduce por este hermoso recorrido que es la vida terrenal.

Se me ocurre que hay dos maneras de hacer este recorrido de la vida, sobre todo después que se es adulto. Una es mirando siempre hacia atrás, evocando los días pasados, dejándonos acompañar siempre de la nostalgia, de aquellos días, semanas, meses y años que siempre creemos que fueron mejores. Vivir pegados al pasado es enarbolar banderas que ya no ondean y adoquinarse en una estación por donde el tren hace rato que pasó, es negarse a avanzar, es rehusar, conscientemente, a disfrutar del paisaje y del horizonte que nos espera a lontananza. Quienes así transcurren murieron al presente y a las sorpresas, novedades y maravillas de cada día.

La otra manera de hacer el recorrido de la vida es la que, sin negar un pasado que nos hizo aportes valiosos y hermosos, que nos enriqueció y nos puso en condiciones entender y entendernos, siempre mira hacia la próxima estación;  es una manera de vivir que siempre está cargada de esperanza en lo que viene, en lo que está más allá de nosotros, en lo que no vemos pero que presentimos y asumimos como saltos que nos procurarán nuevas y útiles aventuras.  Estas dos formas de hacer el recorrido de la vida están íntimamente vinculados a los valores culturales que cada cual haya recibido en su proceso de socialización, y también a su visión de la vida, esté esta o no asociada a sus convicciones políticas, filosóficas o religiosas. Unos ven la vida atada a un destino predeterminado, otros creen firmemente que “pájaro pelón no sube a palo”, otros creen en la capacidad de cada persona para construir su propio camino, etcétera.

Creo que hay aprendizajes que son más positivos que otros. Creo que hay valores culturales que retrasan el desarrollo de los hombres y de las mujeres, como también han convicciones religiosas que paralizan a las personas y las inhabilitan para tomar iniciativas que reclamen esfuerzo, tesón y perseverancia. Muchas veces actuamos en la vida en función de cómo nos han enseñado y como hemos aprendido.

 La vida, por eso, debe ser un camino de educación y reeducación permanente. O, para mejor decir, de resocialización constante, de cambios profundos en nuestra manera de ser y ver, de relacionarnos con los otros y de abordar las complejidades de una vida que es hermosa y vasta.

Cada estación de la vida  — cada año—  es como un ciclo diferente. Si el pasado nos ata, nos paralizamos. Si acudimos al futuro que nos llama, avanzaremos. Crucemos esta noche la frontera del tiempo y abrámonos a las nuevas posibilidades que vendrán con cada día, con cada semana y con cada mes de este nuevo año que esta noche tocará a nuestras.

 Muchas conquistas posibles dependerán del gobierno, del resto de nuestra familia, de la sociedad, de los partidos políticos, de los empresarios, del lugar donde trabajamos o estudiamos, etcétera, pero cada una de estas circunstancias estará determinada, en una primerísima instancia, por la actitud personal de cada uno o, como dicen los españoles, por nuestro talante.

De manera, pues, que crucemos esta frontera del tiempo en esperanza.

(navegado@yahoo.com)

Publicaciones Relacionadas

Más leídas