¿Otra  fase de la capitalización?

¿Otra  fase de la capitalización?

Si algo ha quedado claro por la confrontación entre la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) y parte del empresariado privado es que el modelo de capitalización aplicado en el sector eléctrico ha sido un rotundo fracaso. Ya antes lo ha confirmado el hecho de que el servicio energético jamás ha tenido la estabilidad que hubiese tenido si el modelo hubiese sido efectivo. No es que la inversíon privada en servicios como este sea mala por sí misma, sino el modelo mediante el cual el capital privado se asoció con el Estado para explotar el negocio de la electricidad.

Ahora, el vicepresidente de la CDEEE, ingeniero Radhamés Segura, propone la ponderación de la  participación del sector privado en  transmisión y generación  hidroeléctrica, y su vuelta a la distribución, que fue recuperada por el Estado mediante la compra de Edenorte, Edesur y Edeeste. Esta propuesta formaría parte del temario para debatir en una cumbre CDEEE-sector privado. El mercado eléctrico ha dado demasiados tumbos desde la capitalización hasta la fecha. Lo que se propone ahora parece ser una nueva fase de la capitalización. Cuando se propuso el modelo inicialmente, se vendió como el remedio a todas las calamidades del servicio energético, pero los resultados han sido desastrosos. ¿Estamos hablando de hacer otra vez más de lo mismo?

Muertes violentas

Los registros policiales dan cuenta de que 170 personas murieron violentamente en  los primeros siete meses del presente año.  La media de muertes en esas circunstancias  durante el período es de 24 por mes. Al menos treinta cuerpos sin vida fueron encontrados en matorrales, carreteras y viviendas, y 24 tenían impactos de bala. El homicidio ha estado presente en todas las muertes violentas registradas en el período señalado.

En ese mismo período, 36 mujeres fueron muertas por sus parejas o ex parejas y cuatro hombres ultimados por sus compañeras. Son cifras que vienen a confirmar el predominio de la violencia en nuestra sociedad. Es importante destacar que entre las 170 muertes de estos siete meses es ínfimo el número de casos relacionados con la delincuencia común, y el mayor número corresponde o aparenta corresponder a rencillas, desquites o ajustes de cuentas. Hay que trabajar en la educación ciudadana hasta lograr reducir la sed de violencia.

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