BAGDAD, Ene 21 (AFP) – Diecinueve personas murieron el viernes en Irak, 11 de ellas en un atentado suicida frente a una mezquita de Bagdad, mientras se seguía sin noticias de ocho chinos, 12 horas después de haber expirado el ultimátum de sus secuestradores.

Al suroeste de la capital, al menos 11 personas perdieron la vida y otras 40 quedaron heridas en la explosión de un coche bomba delante de una mezquita chiíta, indicó un médico del hospital Yarmuk. Un niño figura entre los muertos y entre los heridos siete.

El atentado tuvo lugar a eso de las 09H30 locales (06H30 GMT) en el primer día de la celebración por los chiítas de la fiesta musulmana de Al-Adha. Según un vigilante, Mohamed Mahmud, el ataque se produjo justo antes del fin de la oración especial pronunciada en el lugar de culto Chuhada Al-Taf, en el barrio de Rissala.

«En el momento en que los fieles abandonaban la mezquita, un coche llegó a gran velocidad y chocó contra un minibús estacionado delante de la entrada de la mezquita. El chofer hizo estallar su vehículo», relató.

Este nuevo atentado viene a agregarse a una larga lista de violencias incesantes al acercarse las elecciones generales previstas para el 30 de enero y se produce un día después de un mensaje difundido por internet, y atribuido a Abú Musab Al-Zarqaui, dirigente de la red terrorista Al Qaida en Irak.

En ese mensaje Zarqaui atacó violentamente a los chiítas, presentados como gran favoritos en las elecciones, y en particular a su figura emblemática, el ayatolá Sistani.

«La batalla de Faluya desveló la fealdad de los «Rafidha» (nombre despectivo dado a los chiítas) condenados, que brillaron por su odio (contra los sunitas) en esta batalla», dice el mensaje acusando a los chiítas de haber «invadido las mezquitas» sunitas de Faluya durante la ofensiva estadounidense contra este bastión sunita en noviembre.

Por otra parte, un soldado estadounidense y un «sospechoso» fueron muertos, y otro soldado quedó herido, en una operación militar nocturna cerca de Dhuluiya, al norte de Bagdad, anunció el ejército.

La muerte de este militar hace llegar a 1.362 el número de soldados estadounidenses muertos en Irak desde la invasión del país en marzo de 2003, según cifras del Pentágono.

Siempre al norte de Bagdad, seis soldados iraquíes fueron muertos y otras 12 personas quedaron heridas en diferentes ataques, según el ejército y la policía.