Otra vez, Barahona

Otra vez, Barahona

FIDELIO DESPRADEL
!Increíble!: Se comprende que el grueso de la sociedad, adormecida por la desesperanza y la falta de perspectivas de cambio, sea indiferente ante la presencia de un importante contingente de  soldados norteamericanos en Barahona, estacionados en la base militar mas cercana a la frontera, pero lo que resulta insólito, apuntando el dedo acusador contra sus protagonistas, es que comentaristas y periodistas, que se supone están al servicio de la formación de la ciudadanía y de una información veraz sobre los hechos, hayan arremetido contra las organizaciones sociales, los sacerdotes y los activistas políticos que han protagonizado sendos actos de protesta, uno en Barahona y otro frente a la embajada de los Estados Unidos.

Para los y las lectoras que siguen esta columna, y para aquellos intelectuales y organizaciones progresistas que no se han sumado aun, a las protestas contra tal presencia militar, voy a aportar algunos datos y perspectivas de análisis, para contribuir a que lo que ha empezado a aparecer como protestas aisladas, puedan irse convirtiendo en un torrente, que exprese, verazmente, lo que pensamos el segmento mas avanzado de nuestra sociedad, que se cuenta por centenares de miles, sobre esta acción que no tiene nada que ver con asistencia «humanitaria».

Ya en un anterior articulo, plantee que el mundo actual se encuentra en la antesala, no solo de una nueva secesión (a tan solo tres anos de haber salido de la anterior) sino  de lo que podríamos denominar una «megacrisis», generada, no tan solo con la explosión de la burbuja «inmobiliaria», que llevara a millones de familias y a miles de instituciones financieras, a un descalabro, sino, además, por el insostenible déficit de los Estados Unidos, la creciente debilidad del dólar, el fracaso militar norteamericano en Irak y Afganistán y por el hecho de que se ha terminado, abruptamente, la era del petróleo barato, pudiendo los precios del barril llegar a la suma de cien dólares y mas, lo que, junto con los factores anteriores, colocara al mundo ante un gran precipicio, cuya «solución» nadie puede hoy vislumbrar, pero que en ningún caso podrá alcanzarse sin grandes estremecimientos sociales y políticos, a nivel planetario.

Las cúpulas de los Estados Unidos, actuando en función y visión de las 500 ó 600 multinacionales que dominan la economía mundial, han definido una estrategia para esta nueva «era» de la historia de la humanidad, y ella esta directamente relacionada  con la consolidación de su supremacía militar y su capacidad de desarrollar campanas militares globales y dos guerras simultaneas en cualquier parte del globo, con la garantía de preservar su acceso privilegiado a las materias primas del globo, incluyendo las fuentes de agua con su superioridad tecnológica, con su objetivo de garantizar que ningún país del globo, en condición de convertirse en superpotencia tenga acceso a los recursos naturales que puedan facilitar dicho proceso, y como consecuencia de todo ello, garantizar que las demás potencias capitalistas no van a contravenir el orden político y económico establecido, fundamentalmente, por los intereses y visión de las 600 multinacionales que dominan el mundo.

Esta estrategia viene siendo establecida desde principio y mediados de los 90, y su aplicación no tiene que ver nada con si es el partido republicano o el demócrata el que ejerce la presidencia.

Fue, precisamente, a mediados de los 90, cuando sus estrategas orgánicos conformaron dicho pensamiento. Veamos algunos párrafos de esta estrategia:

El actual Presidente del Banco Mundial, señor Paul Wolfowitz, junto con otros estrategas, planteo en el 1995: «Debemos impedir que cualquier potencia hostil domine regiones cuyos recursos le permitan acceder a la condición de gran potencia». Los mismos señores dijeron: «Debemos disuadir a los países industrializados avanzados de cualquier tentativa de desafiar nuestro liderazgo o de modificar el orden político y económico establecido».

Fue el destituido Collin Power quien delineó, durante la administración de Clinton, la estrategia de «Bases Forces», o sea, la capacidad de los Estados Unidos para desarrollar dos grandes guerras regionales simultaneas».

Si relacionamos estos objetivos estratégicos, con algunos de los elementos que determinan la «megacrisis » económica mundial en curso, podemos entonces aquilatar los procesos a que están sometidos todos los pueblos y naciones del mundo, e identificar el enanismo de quienes le siguen el juego al  imperio, en cuestiones que tocan las fibras patrióticas de los dominicanos y dominicanas, como es el presencia de tropas en Barahona.

¡Todos los movimientos militares de los Estados Unidos en cualquier punto del globo, están directamente relacionados en la situación mundial y con estos objetivos estratégicos, y las consecuencias de cada uno de estos movimientos, son fatales para cada uno de nuestros pueblos! ¡Disparatar!, como lo hacen algunos de nuestros periodistas, es, sencillamente, una traición a los intereses vitales de la Nación y su pueblo y a las tradiciones patrióticas presentes en nuestra rica historia.

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