Otra vez Capotillo- Hace tiempo que se perdió la cuenta de la cantidad de operativos o intervenciones realizadas en Capotillo con el propósito de enfrentar las estructuras criminales que controlan el barrio y garantizar que sus residentes, en su mayoría gente de trabajo que solo quiere vivir en paz, puedan realizar sus actividades cotidianas con relativa normalidad. Ese también fue el objetivo de la intervención realizada la madrugada del pasado sábado, en la que participaron 45 fiscales, 640 efectivos de la DNCD, la Policía y el Ejército, y se realizaron, según las autoridades, 22 allanamientos en los que ocuparon drogas narcóticas y armas ilegales.

En esta ocasión, sin embargo, han declarado que mantendrán Capotillo ocupado de manera permanente hasta que se logre garantizar la seguridad de su territorio y de sus residentes. Que si fuera por ellos, y no hace falta salir a preguntarles, quisieran que fuera así para siempre y mantener a raya al tigueraje que ha secuestrado su derecho a la tranquilidad, pero por desgracia eso no podrá ser posible como no lo fue antes. Y eso lo saben nuestras autoridades, que muy pronto descubrirán que la palabra “permanente” usada para describir esa ocupación no fue realista, pero también quienes dirigen las estructuras criminales que controlan sus calles y callejones, a las que las autoridades desmantelaron una red de video vigilancia ilegal que desde que den las espaldas volverán a instalar.

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Es por eso que formulo la pregunta. ¿Dejará Capotillo de ser lo que ha sido hasta ahora cuando las tropas que hoy patrullan sus calles y vigilan sus esquinas se marchen llevándose sus armas largas y su poder de intimidación? Luego de cuchumil intervenciones y operativos previos que por sus resultados podrían definirse como fallidos, la respuesta, porque para algo sirve la experiencia, es un no rotundo. Pero mientras ese barrio esté intervenido hay que concederle a las autoridades el beneficio de la duda, aunque al final solo les sirva para decir que también lo intentaron.