Otra vez con Malkún

Otra vez con Malkún

 MANUEL A. FERMÍN
En un arrebato de grandeza personal, de dominicano integral, el señor José Lois Malkún, para responder a un artículo de mi autoría que publicáramos en el periódico HOY del 22 de agosto, recurre, no sólo a hacer el ridículo, reseñando su curriculum como funcionario público y de servicio por 10 años en el BID (Banco Interamericano de Desarrollo), sino que incurre en descalificarme con pasión y cólera poco respetable, actitud ésta que debe interpretarse como las flaquezas propias de quien le asoman con frecuencia sombras que le empañan su mente. Y es entendible en un hombre abrumado por una acusación en su contra por irregularidades en el Banco Central que dirigiera tan deplorablemente.

Como si fuera una competencia curricular, el señor Malkún nos detalla una hoja académica que va desde Chile a la Universidad de la Florida (Gainesville) USA, para decirle “a un tal señor Manuel Fermín” que “es persona sin criterio para opinar”; “que es utilizado por otros para ofender a sabiendas de su ignorancia e incompetencia”, “con falta de escrúpulos”, “tergiversando los hechos”, “usando cifras falsas” y “politizando todos sus planteamientos”, “que soy un mediocre”; “carente de objetividad”, “de profesionalismo”, “sin autoridad moral” y “que se necesita no ser utilizado como ave de rapiña”.

Sus imputaciones de bajos motivos, precisamente a quien le aplican es al propio señor Malkún. Veamos: ¿No es acaso un acto falto de autoridad moral, de profesionalismo, de mediocridad, falta de escrúpulo, agenciarse una pensión privilegiada de RD$450 mil pesos mensuales, blindarse con un año de salario aún estando fuera del cargo y demás canonjías (chofer, seguro médico, etc) en una entidad bancaria cuya descalabradura la dejó expirante y con un déficit de RD$89 mil millones de pesos en un país envuelto en la miseria?. ¿Por qué no la gestionó en el rico Banco Interamericano de Desarrollo donde laboró 10 años fuera del país?. Esto es ser mediano.

Mi nivel profesional dista mucho de alcanzar los niveles académicos logrados por el señor Malkún. Apenas logré titularme en una pobre y desconocida universidad dominicana, donde sí me enseñaron y me inculcaron que no tenía que valerme de amigos bien posicionados en cargos del Estado para aprovecharme de los bienes públicos ni para arrastrarme como reptil o posarme como ave carroñera.

El vanaglorioso “experto en cualquier parte del mundo” se niega a reconocer los avances de la agropecuaria dominicana y en forma tangencial critica los organismos del sector, ¿Y qué persigue la Reforma y Modernización del Sector Agropecuario planteada en esta gestión?, ¿Qué hizo él y su gobierno para emprender este paso dirigido a lograr un redimensionamiento cuantitativo con reducción de presupuestos?, ¿Quién le ha dicho a este “experto” que el país tiene que producir toda la materia prima para la pecuaria? ¿Las grandes naciones desarrolladas no importan para sus agroindustrias? Japón produce un arroz más caro que nosotros y tiene una agricultura desarrollada. ¿Cuál empleo rural genera la desarrollada agricultura de USA?: para haitianos, mexicanos, salvadoreños, asiáticos, etc.; que recolectan su cosechas igual que aquí. Si los norteamericanos, europeos y japoneses no invirtieran US$360 mil millones de dólares en subsidios no tendrían agropecuaria, ¿O usted lo ignora, señor Malkún?.

Ahora, tardíamente, nos dice “que habló de la reforma”, peso en forma crítica. Pero en donde su “inteligencia” nos deja absortos es cuando termina en el esplendoroso fracaso de alegar que las cifras servidas por la SEA al Banco Central, “se fabrican en los escritorios de los burócratas”; entonces, usted irresponsablemente las validaba como tal cuando dirigió el Banco Central?. ¡Gracias a Dios que no tuvimos un experto como usted dirigiendo el sector agropecuario!.

El principal argumento esgrimido por mí, es que usted vivió y vive de espaldas a la realidad, pues hizo mutis, y peor aún, no dio su apoyo desde sus funciones públicas para vencer el atraso, y sectores del agro me lo han confirmado. Estas actuaciones irrefutablemente lo retratan de cuerpo entero como todo un burócrata escasamente dotado para edificar.

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