Otras reflexiones pre-electorales de Rodrigo

Otras reflexiones pre-electorales de Rodrigo

Quiero completar los comentarios  del 15 de mayo de mi hijo Rodrigo desde Francia: La movilización llamando al Voto por “Ninguno”, como las demás expresiones juveniles, toca mi lado romántico,  porque son ideales que buscan lograr un cambio, como se lograron contra la Cementera, como buscan lograr contra la Barrick Gold; y como los jóvenes de la Universidad de Puerto Rico.

Sin embargo, dicha sea la verdad, es una agrupación que reúne a  los desencantados   en una movilización desorganizada y sin propuestas ulteriores. Por eso  está condenada a morir, a no trascender. Votar por “Ninguno” impide, gracias a la brutalidad enorme desplegada, que el PRD pueda entrar en verdadera competencia con el PLD. ¿Y a mí qué me importa eso? Me importa, porque aunque sean dos partidos con una misma agenda (quedarse en el poder), al votar por Ninguno le doy al PLD la posibilidad  de hacerlo. Entiéndase del control del Congreso para efectuar cambios de leyes importantes y los recursos financieros  necesarios para hacer lo que quiera.

No me malinterpreten. Yo soy el primero dispuesto a apoyar las iniciativas de los jóvenes. Pero esto es un desacierto político. Primero, porque es votar indirectamente por Leonel, facilitando sin quererlo  el posible establecimiento de una neo-dictadura, o dictadura disfrazada: y segundo, porque su régimen no reúne las cualidades necesarias para producir un cambio positivo. Los votos por “Ninguno”, por razones legales se computarán como nulos, y no servirán siquiera para demostrar la magnitud del disgusto a través de la abstención.

Yo sé bien que ni el PRD ni el PLD, representan ya los ideales del pueblo.  Pruebas son las reacciones (voto por Ninguno = son lo mismo). Pero entiendo que dos malas opciones en competencia  son mejores que una “opción” sin oposición. Como en el mercado, la política es competencia que nos obliga a poner la barra más alto, y a mejorar. Por ende, entiendo que votar por el PRD no es votar por lo peor; Niels Bohr decía que en las verdades profundas, lo opuesto puede ser también verdadero. Votar por el PRD es votar por la democracia, por el país, por la competitividad y contra el exceso de poder. No por la oferta que propone el PRD, sino porque nos ayuda a conservar nuestra ya precaria democracia.

Yo creo, o quiero creer que pronto vendrá un movimiento social que obligará a una reorganización política. En ese momento se abrirán las puertas para nuevos líderes que puedan representar ideales que hoy estos antiguos partidos liberales han olvidado, para que reanimen la dialéctica social. Además, el mirar al pasado también nos muestra que la historia no está condenada a repetirse. Quiero creer que el cambio es posible, pero la realidad política nunca debe mirarse con romanticismo ni ingenuidad.

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