Recién venimos de escuchar en esta semana, otro alarmante caso de suicidio en un espacio público. Y a pesar de todas las conclusiones habidas y por haber a las que muchas personas llegaron, la realidad es que este tema del suicidio no es un argumento que está dado desde el éxito o no de las personas sino desde la psicopatología que podemos tener todos los seres humanos, porque siempre que hay un suicida existe una enfermedad mental subyacente.
Quizás no sabemos, pero como fenómeno humano, el suicidio ha estado presente en todas las épocas históricas.
Sin embargo, las actitudes hacia este fenómeno han variado considerablemente en las distintas sociedades, dependiendo de los valores filosóficos, religiosos e intelectuales de cada cultura.
Pero debemos tener en cuenta que el suicidio viene dado a partir de un montón de rasgos. Por ejemplo, las personas que tienen adicciones son potencialmente suicidas. También quienes tienen actitudes compulsivas. Detrás de esos elementos tenemos casi siempre un trastorno obsesivo compulsivo.
El comportamiento suicida constituye un problema complejo, con múltiples causas interrelacionadas, siendo la enfermedad mental uno de los factores más importante que predispone al comportamiento suicida.
Son cuadros de ansiedad sumamente altos.
Los problemas mentales más a menudo asociados a los comportamientos suicidas son la depresión y los trastornos bipolares, el abuso de drogas y alcohol y la esquizofrenia. Los antecedentes familiares de suicido constituyen igualmente un riesgo elevado de comportamiento suicida.
Según lo señala un estudio, por cada suicidio hay más de cien personas afectadas que no conocían a la víctima. Y por eso, uno de los principales cuestionamientos que surgen es por qué se elige un lugar público en lugar de una locación más íntima.
¿Qué es lo que pasa cuando hay una multitud que presencia ese suicidio? Que el suceso no sólo afecta a la víctima y sus familiares, sino a todo el que vio, sintió o escuchó el proceso como ocurría, lo cual pudiera provocar un estrés post traumático.
Los síntomas del mismo son, elevados niveles de ansiedad, que producen sueños del incidente y flashbacks al momento de encontrarse con algún detonante, por lo que intentan evitar las situaciones que recuerden el trauma.
Todo el que estuvo inmerso en el hecho ocurrido hace unos días en las Oficinas Gubernamentales Juan Pablo Duarte, y vio un video que dejó la victima antes de cometer su suicido, queda muy claro como pecamos muchas veces los seres humanos de llegar a interpretaciones repentinas, sin filtros, llegando a conclusiones sin fundamentos, y haciéndonos eco de cosas que ni siquiera nos consta.
Cuando la realidad es que cada cabeza es un mundo, y sólo esa persona sabe la realidad de qué es lo que le pasaba…. No medimos ese impacto y consecuencias sobre esas personas que recién compartían con él, o con los que acababa de hablar, asumiendo instantáneamente el cargo de conciencia de lo que no pudo ver previamente, de la señal que no supo reconocer, de esa escucha que quizás no se le ofreció, o de esa reacción que no se tuvo oportunamente, es tanta la incertidumbre que deja, a tantas y distintos tipos de involucrados, que los medios de comunicación pudieran convertirse en un valioso aliado en la prevención del suicidio si enfocan correctamente la noticia sobre el tema y cumplen las sugerencias de los especialistas sobre como difundirlas.
Aún cuando se sabe que este es un fenómeno que ocurre, y se cree haber implementado medidas de prevención, todavía falta poner el foco en el entorno con protocolos en puntos de atracción para suicidas «no solamente sirven para evitar los llamados eventos de imitación, sino también por el efecto que los suicidios en estos sitios tienen en las personas que trabajan en estos lugares, en las personas que viven cerca o en las personas que los frecuentan por otras razones».
Es una manera de ayudar a proteger y apoyar a los testigos y trabajadores que no sólo presencian el hecho en el momento, si no que pueden experimentar efectos negativos para su salud mental a largo plazo.