Washington.– Un segundo juez federal estadounidense dictaminó este miércoles la suspensión del último decreto de Donald Trump sobre ingreso al país de inmigrantes y refugiados de un grupo de países de mayoría musulmana, pero mantuvo el bloqueo a norcoreanos y funcionarios venezolanos.
El juez federal Theodore Chuang, del estado de Maryland (este), se suma así al magistrado Derrick Watson, de Hawái, quien en la tarde del martes había ordenado el congelamiento del tercer y último decreto presidencial sobre ingreso de migrantes a territorio estadounidense.
En su fallo de 91 páginas, Chuang se concentró en los efectos nocivos del decreto de Trump al pretender bloquear el ingreso de ciudadanos de Chad, Irán, Libia, Siria, Somalia y Yemen. Chuang señaló que en general el decreto no logró demostrar que la intención de cerrar las puertas de Estados Unidos a ciudadanos de ese grupo de países estaba disociada de cualquier discriminación religiosa.
«La inclusión de dos países que no son de mayoría musulmana, Corea del Norte y Venezuela, no mostró de forma convincente la falta de un propósito religioso por detrás del decreto», manifestó el juez. Sin embargo, Chuang mantuvo el bloqueo al ingreso de ciudadanos de Corea del Norte y funcionarios de Venezuela, medidas incluidas en el decreto.
En el caso de los venezolanos, Chuang destacó que el decreto no veta el ingreso de ciudadanos de ese país sino que se concentra en los funcionarios del actual gobierno y sus familiares, muchos de los cuales ya son objeto de sanciones específicas de Washington.
Sobre los norcoreanos, el fallo recuerda que el volumen de visas solicitadas es «una fracción de 1%» del número de visados relacionados con ciudadanos de los otros seis países de mayoría musulmana.
Por lo tanto, resolvió, la suspensión del decreto «no se aplica a los nacionales de Venezuela o Corea del Norte». Al conocerse el martes el fallo del juez Watson, la Casa Blanca afirmó en una nota que «defenderá vigorosamente» el decreto presidencial, y que presentará una apelación.
EI enviaría «terroristas«. Este miércoles, durante un testimonio ante la comisión de Asuntos Jurídicos del Senado, el secretario de Justicia y Fiscal General, Jeff Sessions, dijo que el decreto de Trump era «legal y necesario, y estamos orgullosos de defenderlo».
«El decreto del presidente es un paso importante para asegurar que sabemos quiénes vienen a nuestro país», dijo Sessions, quien añadió que «al final vamos a imponernos».
El fiscal general justificó la urgencia de implementar algún tipo de control al ingreso de inmigrantes y refugiados ante la necesidad de garantizar la seguridad interior.
«A medida que (el grupo radical) Estado Islámico pierde terreno en Medio Oriente, no hesitarán en enviar terroristas a este país», expresó. En Washington, un millar de personas realizaron este miércoles una manifestación frente a la Casa Blanca para decir «NO al decreto antimusulmán». El yemenita Fathi al Hithaifi dijo que su esposa está bloqueada en Arabia Saudí.
«Ella espera su visa, pero el reencuentro se ha postergado varias veces», aunque los cinco hijos de la pareja tengan la ciudadanía estadounidense. Al Hithaifi dijo esperar que con la suspensión del decreto finalmente su esposa pueda viajar para reunirse con la familia. «Vine a protestar contra esta prohibición. Mi esposa y mis dos hijos están en Yemen, ahora no pueden venir.
Estoy solo, necesito a mi familia», dijo a AFP Ibrahim Aljubali, de 30 años y empleado en una estación de servicio en Carolina del Norte. «Este es un país de libertad: mi padre, mi abuelo han trabajado aquí. Esto no es justo», agregó, envuelto en una bandera yemení.
Con una bandera estadounidense vintage, Samia Al-Jahmi, de 38 años, sostenía un cartel que rezaba: «Nosotros, los Estados Inmigrantes de América» «Nací y crecí en Michigan, mis padres vinieron de Yemen en los años 1970. Soy musulmana y me opongo a esto», afirmó tras viajar especialmente de Nueva York, donde trabaja en una residencia para ancianos. ahg-cyj-ad/yow EEUU-migración-justicia-Venezuela-NCorea AFP