Otro luto musical en San Cristóbal

Otro luto musical en San Cristóbal

POR MARIVELL CONTRERAS
Estuvimos en San Cristóbal en el pasado mes de julio con motivo de la celebración de sus fiestas patronales, fuimos como testigos de la elección de su reina de patronales y volvimos dos días después a un concierto en una de las calles cercanas a la gobernación, en el que Diómedes y su grupo, tenía la responsabilidad de tocar.

Cuando llegamos estaba tocando otro grupo. Resumen se llamaba. Mientras esperábamos escuchaba tocar a una orquesta local que sorprendía mis oídos con un exquisito repertorio y un sonido de big band que me llamó la atención y me hizo proferir varios elogios.

El propio Diómedes me explicó que el dueño y director de la banda era Jamel Tejada, trompetista con el que había realizado sus estudios en el Conservatorio Nacional de Música.

Cuando eran dos incipientes jovencitos, 11 y 12 años, venían, el primero de Villa Mella y el segundo de San Cristóbal a tomar sus clases de trompeta con el maestro Paquito Burgos.

Esa noche de lunes y luna nueva saludamos por primera vez a Jamel, después del protocolo de lugar, en el que nos enteramos de que es hijo de crianza del director de la Orquesta La Santa Cecilia, y nos despedimos con la intención de conversar con él para estas páginas de Hoy.

Lamentablemente eso ya no podrá ser. Jamel Tejada perdió la vida en la madrugada del viernes en su natal San Cristóbal. Unas horas después de haber llegado al país procedente de Nueva York donde había pasado varios días junto a su esposa.

La mala noticia nos la dio Mario Díaz en el momento en que se desarrollaban las votaciones de Sgacedom que horas después supimos, que lo eligieron como presidente de la entidad que agrupa a los compositores y autores dominicanos.

Fuimos a San Cristóbal a comprobarlo y a dar el pésame a sus familiares. Ahí nos encontramos con la solidaridad artística de otros que fueron sus amigos y compañeros (Tony y Reynold de la orquesta de Los Hermanos Rosario) mientras firmábamos el libro nos percatamos de que ahí había estado Pablito Barriga y muchos otros que fueron sus compañeros en muchas de las áreas en que demostró pericia profesional.

Jamel era compositor, cantante, arreglista. Julio, un saxofonista sancristobalense, nos dice que este artista no dejaba caer un baile por falta de un músico ya que “tocaba de todo”.

Entre las orquestas en que tocó Jamel se cuenta la de Sergio Vargas (quien también estuvo en la funeraria), Los Hermanos Rosario y Parada Joven, aunque grabó en estudio “con casi todas”.

Jamel era hermano de Gury, un reconocido saxofonista que también ha pertenecido a muchas orquestas y que se ha destacado como jinglero –a quien hemos visto últimamente en La Familia André de Fernando Echavarria).

A la hora de escribir esta nota con el convencimiento de que San Cristóbal ha perdido otro de sus grandes músicos recurrimos a nuestro compañero en el que hemos percibido más de cerca el dolor y el asombro por la pérdida.

“Jamel para mí fue como un gran hermano. Empezamos juntos a estudiar música, éramos los más jóvenes de la clase. Yo lamento mucho en lo personal su partida y lo siento por el merengue también, ya que Jamel era capaz de aportar mucho al ritmo”, afirma Diómedes.

Supimos también de que Jamel era un gran amigo de Marcos Carreras y a este lo llamamos para que nos diera su testimonio acerca de él. “Digo lo mismo ahora y antes. Era un polifacético. Tocaba todos los instrumentos. Su capacidad musical abarcaba todos los renglones. Tenía un talento que no creo que llegara a explotar ni en una cuarta parte”.

Profesionalmente Marcos se pregunta ¿qué le faltaba a él?. Pero, en lo personal recuerda que era un joven muy inquieto y muy dado a los excesos.

Richard, conocido también como El Paparazzi, que era tamborero de su orquesta y uno de los que estaba a su lado al momento de la crisis, nos contó que él llegó de viaje ese viernes y que decidió juntarse con sus amigos de la ciudad a tomarse unos tragos y a conversar.

Fue a las 4 de la mañana cuando repentinamente Jamel empezó a sentir un calor irresistible y les pidió que lo llevaran al carro y le prendieran el aire “que me estoy muriendo”.

Eso hicieron y a seguidas se lo llevaron a una clínica a donde llegó clínicamente muerto. Una muerte que será sufrida sobre todo por su familia, por los que le conocieron y que deja un amargo sabor en aquellos que llegamos tarde a su vida y a los que con esta nota se enteran de que un hombre orquesta murió antes de entregarnos como legado lo mejor de su partitura.

Que a todas luces, existen, pero habrá que rescatarlas para la posteridad. Al igual que su vida, trunca por un poder superior al control en que los humanos suponemos estar…

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