Ovejitas en el horizonte…

Ovejitas en el horizonte…

Hace unos años pescaba con mucha frecuencia en la Bahía de Ocoa, donde son notorios los súbitos cambios de viento y condiciones marinas, especialmente cuando de repente “se mete el Norte”. Un pescador de Palmar de Ocoa que se ocupaba del bote usualmente me acompañaba. Cuando veía, en medio de una mar calmada y sin brisa, que en el horizonte comenzaban a aparecer sobre el agua copos de lana, decía: “Por ahí vienen las ovejitas, recojan las líneas que hay que orillarse para volver”.

Y siempre tenía razón. Al poco tiempo los distantes copitos blancos nos alcanzaban convertidos en pequeñas olas, la brisa se levantaba y la plácida quietud del mar iba tornándose en marullos desagradables, dificultando la pesca o el paseo.

Me parece que algo parecido está pasando con la economía dominicana. Hay ovejitas en el horizonte, pero el encargado del bote quiere convencernos de que todo anda bien. En vez de orillarse para volver sin problemas, insistir en esperar el mal tiempo lejos de la costa es un riesgo insensato.

La prensa trae innumerables declaraciones de funcionarios que deberían estar actuando en vez de hablando. Hay ahora, por ejemplo, una discusión acerca de si es preciso cambiar el modelo económico basado en los servicios para incentivar la transformación industrial o para ir más lejos, la “mentefactura”. Y se habla de lo lindo hasta quedar sin saliva.

Pero acciones concretas para aumentar el empleo, díganme ustedes cuáles se han tomado. Y es una pena, porque con poca inversión hay mucho que puede hacerse. Por ejemplo, me han contado por separado dos amigos empresarios que los “call centers” del país no emplean más personas porque sencillamente hacen falta más dominicanos jóvenes capacitados para hablar inglés con suficiente destreza.

¿Una solución? Que el gobierno disponga enseñanza gratuita de inglés, aceleradamente, a todo bachiller que desee aprender. Casi seguramente tras seis u ocho meses de clases intensivas esa masa de jóvenes pasaría a estar empleada, pagando ITBIS por sus consumos, estimulando la economía, contribuyendo al ingreso nacional.

Este es apenas un ejemplo de cómo el país pudiera reaccionar ante la necesidad imperiosa de crear más empleos. La comitiva presidencial en la India vio cómo allá se hizo exactamente lo que propongo y los extraordinarios resultados.

Las ovejitas en el horizonte son tantas que ignorar el inminente cambio de brisa puede tener resultados terribles.

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