Los Ministerios Diaconisa estuvimos celebrando la acostumbrada cena navideña para los niños de diferentes comunidades titulada Una gotita de amor para los herederos del Señor en el estadio La Normal, en la avenida Duarte, donde se congregaron el pasado 19 de diciembre a las 3:00 p.m. cientos de niños de diferentes lugares de nuestro país.
Los invitados asistieron desde las comunidades de Guerra, Punta de Villa Mella, 24 de Abril, Padre Castellanos y Villa Duarte, entre otros lugares y allí recibieron regalos, golosinas, algodones, disfrutaron de un concierto cristiano y una tarde de alegría con la representación del grupo de Cultura de la Universidad Nacional Evangélica, además de un Santa Claus que alegro la tarde con villancicos y con una actuación que trajo mucha alegría al corazón de los niños presentes.
Los niños disfrutaron con mucho regocijo la acostumbrada cena navideña, gracias a la colaboración de manos amigas que siempre dicen presente y han entendido la visión y el móvil de trabajo de los Ministerios Diaconisa: el deseo de servir a la comunidad desposeída de República Dominicana, obedeciendo a los mandatos de la Palabra de Dios, dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidais, porque de los tales es el reino de los cielos. Por eso el Ministerio realiza diferentes actividades, como operativos médicos, donaciones a hospitales, fundación de bibliotecas, y otros.
Esta actividad festiva con los niños es una de las más importantes, entendiendo que ellos son el futuro de nuestra patria y que aunque se encuentren en lugares con muchas limitaciones, en diferentes áreas, hay personas con amor en el corazón que se acuerdan de ellos. Esto se trabaja en la mente y en el corazón de los niños para que no solo vean la dureza de la escasez de los lugares donde habitan, sino la belleza del amor, de la misericordia, del compartir, que es donde se refleja y manifiesta el amor de Dios. Damos gracias al Señor por hacer posible el éxito de esta actividad y la entrega de juegos del 4 de enero en la calle 18, ensanche Quisqueya.
Las personas que hacen posible el desarrollo de esta actividad son Unev, Sercitec, Constructora BCJ, S.A., Unicaribe, Plastifar, Telecentro-HP Mejía, CERTV, TNI, canal 51, Salón Merany, Servicio Social de Iglesias Evangélicas, SEDEFIR, la Papelería FP, Comedores Económicos, ONSA y el Centro de Gestión Palacio Nacional. A todos ellos, gracias.
Al día siguiente de la cena celebrada el sábado 19 de diciembre, el domingo nos dirigimos con los niños y el personal del Ministerio Diaconisa al hospital San Lorenzo de los Mina para repartir entre las madres recién paridas artículos de bebés. Allí se escucharon testimonios de las mismas enfermeras y representantes del hospital, quienes dijeron que había madres que no tenían nada que ponerle a sus hijos, las cuales vieron la misericordia de Dios al hacerle la entrega de los artículos. Así se cumple la Palabra estuve enfermo y me visitaste, tuve hambre y me diste de comer. La fe activada con las obras y el buen testimonio.
Es muy importante manifestar el don de servicio no solamente en una temporada específica del año, sino siempre. Oramos al Señor para que en nuestro país se pueda producir una buena administración de los recursos del pueblo y que esos niños que están en las calles puedan ubicarse en refugios donde reciban atención. Es muy difícil creer que en avenidas donde transitan los funcionarios del Gobierno puedan darse casos de decenas de menores pidiendo en las calles y aún menores no dominicanos, y que esto pase desapercibido por estas autoridades.
Ver mujeres haitianas con el negocio de niños recién nacidos en la misma postura es realmente para analizar y actuar. En nuestro país llegan recursos de ayudas internacionales y aún nuestro mismo pueblo se ve con el compromiso de pago de los impuestos que generan ingresos para el Gobierno.
Es bueno tomar medidas al respecto, porque ¿cómo hablamos de progreso mientras hay decenas de niños en las calles pidiendo, como se ve en las avenidas Sarasota, Privada y Rómulo Betancourt, entre otras? Es penoso, y la cantidad se hace notable y dolorosa.
Sería factible verificar la gran cantidad de terreno que existe en las cercanía de Villa Mella y ver la posibilidad de habilitar hogares para estos niños; esta sería también una fuente de empleo para profesionales en el área de psicología, educación y otras carreras.