POR CLAUDIA HERNÁNDEZ DE ALBA
Romanos 4:13: Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que seria heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.
Una vez alguien dijo: la oportunidad solo llama una vez a la puerta. Cuando la oportunidad llama a la puerta, el no responder puede muy bien significar que se haya perdido para siempre. Algo que impide que las personas, incluso cristianas, aprovechen las oportunidades, es el temor. Nuestra más firme resolución puede debilitarse cuando nos enfrentamos a circunstancias desconocidas o inciertas. Aún cuando tengamos una oportunidad dada por Dios, pudiéramos rechazarla debido al temor y a la duda.
El antídoto para el temor y la duda es la fe. Puede lograr mucho la persona que se enfrenta con fe a la oportunidad dada por Dios. Considere a Abraham. Dios le dio a Abraham una tremenda oportunidad, pero también la oferta tenía exigencias y situaciones difíciles. Pero Abraham reaccionó con fe y dejó un legado para todas las personas. Si seguimos el ejemplo de Abraham, hallaremos la confianza y el valor para enfrentarnos con éxito a los problemas de la vida. Y en el proceso experimentaremos el placer y la presencia de Dios.
Fe para el futuro: (Génesis 12:1-3) Algunos se preguntan y hasta se preocupan por los días y semanas venideros. Aunque podemos recordar el pasado, y podemos enfrentarnos a nuestras circunstancias actuales, nuestro futuro sigue siendo incierto. No sabemos lo que nos depara. Ni siquiera tenemos garantizado el mañana (Proverbios 27:1, Santiago 4:13-15) Al igual que Abraham, la mejor forma de enfrentarnos al futuro es mediante la fe en el que tiene el futuro en sus manos: Dios. En Génesis 12, Dios se le apareció Abraham y le dio algunas instrucciones específicas. Esas instrucciones incluían dos requisitos. 1-Abraham debía salir de su tierra natal (v1). ¿Por qué le ordenó Dios a Abraham que abandonara a sus parientes? Josué 24:2 nos ayuda a entender la orden de Dios para Abraham; su padre Tare era un idólatra. Sus influencias pecaminosas pudieran haber estorbado los planes de dios para Abraham.
A menudo los llamamientos y las oportunidades de Dios exigen la separación de relaciones que pudieran resultar en detrimento de nuestra constante devoción a Dios. Aunque dolorosa, la separación puede ayudar en la obediencia a la voluntad de Dios para nuestra vida. 2- Abraham iba a trasladarse a un territorio desconocido: Vete de tu tierra a la tierra que te mostrare (Génesis 12:1) La separación de la familia de su padre significaba que Abraham tendría que mudarse a otro sitio. Dios lo guió a la tierra de canaán. ¿De que manera ha llamado Dios a los cristianos a apartarse de ciertas cosas y actividades? Si hemos de ser eficientes para Dios, debemos apartarnos de todo lo que sea pecaminoso (2 Cirintios 6:14, 7:1). También debemos apartarnos de cualquier cosa que estorbe nuestro andar con Dios, aun cuando sea una actividad lícita (Hebreos 12:1).
Con los mandamientos de Dios para Abraham vinieron bendiciones (Génesis 12:2), Dios le prometió que seria una gran nación, tendría un gran nombre y sería una bendición. ¿Cómo Dios cumplió la promesa? La nación de I srael procedió de los descendientes de Abraham. Sin duda Dios cumplió la promesa de que engrandecería su nombre porque Abraham es el progenitor de la raza hebrea y un hombre cuyo nombre es sinónimo de fe. Y no cabe duda de que Dios bendijo a Abraham, como revela más adelante Génesis 13:2. Junto con la bendición personal. Dios hizo de Abraham un medio de bendición (12:3). Otros recibirán bendición o maldición en dependencia de cómo trataran a los descendientes de Abraham. Pero la mayor bendición vendría después. Por medio de Cristo, descendiente de Abraham, serian bendecidas todas las familias de la tierra. El aceptar nuevas oportunidades de Dios puede costarnos desde el punto de vista de la separación, pero vale la pena desde el punto de vista de la bendición. Cualquier cosa que Dios nos exija palidece comparada con lo que El nos devuelve como resultado de nuestra obediencia. Dios es fiel. El cumplirá lo que promete. Cuando le rendimos nuestra vida El nos será fiel, y nosotros sentiremos su presencia y fortaleza mientras aguardamos el cumplimiento de su promesa para nosotros. Podemos estar seguros de que Dios cumplirá sus promesas. ¡Dios te bendiga!
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