El Ministerio Diaconisa estuvo celebrando El Día de Las Madres, en un agasajo para éstas, el pasado sabado 29 de mayo donde ciento de madres se dieron cita.

En el  evento en el cual las mismas disfrutaron de canciones con alusión a este día tan especial y un rico bufé, con obsequio para las madres presentes.  Esta actividad se llevó a cabo gracias a manos amigas que siempre respaldan los Ministerios Diaconisa, agradecemos el bufé del festejo el cual fue asignado por orden del señor presidente Leonel Fernández, al igual que órdenes de compra asignadas por el director de Inespre, Ricardo Jacobo, como a su vez la Universidad Nacional Evangélica y la familia Marte Bonilla como a la señora Cristina Thomén al igual que la misionera Raysa de Rodríguez quien fue parte importante en la organización de este evento.

Este día, como  presidenta de los Ministerios Diaconisa  estuve disertando la conferencia titulada “El fundamento de una buena madre, es ser una mujer virtuosa:  ¿Qué es una mujer virtuosa y quien la puede hallar?”.

Desde los tiempos antiguos la mente humana ha estado vacilando ante estas preguntas. Ciertamente no es por su feminidad, ni por su atracción física, ni por ser una buena esposa y amiga. Muchas son las mujeres que tienen estas cualidades. Es muy importante poder enseñar sobre las virtudes bíblicas a las nuevas generaciones y a la vez poder servir de ejemplo a las más jovencitas. Dios dio al hombre la responsabilidad de autoridad y dio la responsabilidad a la mujer de ser una ayuda adecuada para Él.

El hombre sólo no puede ser fructífero y multiplicarse (Génesis 1:28) El hombre no puede dar a luz hijos. La mujer embellece y mejora el valor y la eficacia del hombre. La importancia de practicar la piedad, cuando una mujer hace misericordia a los no creyentes, hallará sin duda la oportunidad para testificar de su fe.

Madre  hay una sola felizmente Dios la ha dotado del instinto maternal con la finalidad de preservar la especie. Si no fuera por eso, lo que ella haría al ver esa criatura minúscula, arrugada y chillona, sería arrojarla a la basura, pero gracia al instinto maternal la mira embobada, la encuentra preciosa y se dispone a cuidarla gratis toda la vida.

Ser madre es considerar que es mucho más noble sonar narices y lavar pañales, que triunfar en una carrera o mantenerse delgada.  Es ejercer la vocación sin descanso, siempre con la cataleta de que se laven los dientes, se acuesten temprano, saquen buenas notas, no fumen, tomen leche. Es preocuparse por las vacunas, la limpieza de las orejas, los estudios, las palabrotas, los novios y las novias; sin ofenderse cuando la mandan a callar o le tiran la puerta en las narices, porque no están en nada. Es llorar cuando ve a los niños contento y apretar los dientes y sonreir cuando los ve sufriendo, es servir de niñera, maestra, chofer, cocinera, lavandera, médico, policía, confesor y mecánico, sin cobrar sueldo alguno.

Madre es alguien que nos quiere y nos cuida todos los días de su vida y que llora de emoción porque uno se acuerda de ella una vez al año: el Día de la Madre.

Es quedarse desvelada esperando que  vuelva la hija de la fiesta y cuando llega hacerse la dormida para no fastidiar. Es temblar cuando el hijo aprende a manejar, anda en moto, se afeita, se enamora, presenta exámenes o le sacan las amígdalas. Es entregar su amor, su tiempo sin esperar que se lo agradezcan. Es decir, que son cosas de la edad cuando la mandan a callar. El peor defecto que tienen las madres es que se mueren antes de que uno alcance a retribuirles parte de lo que han hecho.

Por suerte hay una sola madre, porque nadie aguantaría el dolor de perderla dos veces.