CLAUDIA HERNÁNDEZ DE ALBA
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Ayer 31 de mayo, se celebro el Día Mundial Sin Tabaco, en el cual se enfoca el daño que causa el cigarro o el tabaco al fumador y a su entorno.

Si  ha tratado de dejar el cigarrillo, pero todavía no tiene éxito, usted no está solo. De acuerdo con los estudios más recientes del British Medical Journal, la mayoría de los fumadores no entienden cuán difícil es dejar el cigarrillo hasta que tienen que enfrentarse con la realidad de su dependencia. De hecho, a la gran mayoría de los jóvenes que comenzaron a fumar en los últimos 3 años, al preguntársele dijeron que dejarían de fumar fácilmente si se lo propusieran.

Cuando venimos a los pies de Jesús, venimos a Él con todos nuestros defectos y dependencias. Algunos de nuestros problemas son más fáciles que otros de deshacernos de ellos. El pecado de la homosexualidad y la dependencia del cigarrillo (que no necesariamente es pecado), son dos de los más difíciles de dejar. Las estadísticas nos presentan datos escalofriantes que nos llevan a depender más y más del poder del Espíritu Santo para deshacernos de este vicio. Después de dos años de intentar, solamente un 6% es capaz de dejar el cigarrillo.

Los estudios muestran que un 65% de  las personas que comienzan a fumar, todavía están fumando a la edad de 40 años y que un 46% todavía lo hace a la edad de 60 años. Más allá de los 60 años, generalmente la persona tiene que dejar de fumar obligatoriamente por alguna complicación de la salud relacionada con los pulmones o ya ha muerto debido, directa o indirectamente, al cigarrillo.

En Estados Unidos los médicos cristianos tienden a recomendar el uso de medicamentos como Zyban y otros productos similares que ayudan a reducir la adicción de la nicotina gradualmente. Para algunas personas las gomas de mascar o los parches también pueden ayudar.

Si usted trabaja o va a divertirse a un lugar donde la gente fuma alrededor de usted, y usted está respirando el humo de ellos, usted por lo menos medicamente continúa fumando mientras esta en ese ambiente. “El humo de segunda mano” es tan nocivo como el directo.

La Biblia nos dice que las malas compañías corrompen los caminos. ¡Cuánto más corrompen nuestros caminos las malas compañías si se encuentran practicando algo de lo que Cristo nos libró, una vez, fuimos salvos!

Fumar no es un pecado, pero es una dependencia que nos trae la muerte antes de lo previsto. Dios quiere que usted viva una vida de victoria, no una esclavitud hacia el cigarrillo o ninguna otra dependencia. Cáncer en los pulmones no es exactamente lo que Dios tenía en plan para su vida. Si no lo crees, pregúntele a su esposa, esposo, a sus hijos.