Hoy 
Por Claudia Hernández de Alba
El medio más importante que usa Dios para proporcionarnos una guía es la Biblia.
La Biblia es nuestra regla de fe y práctica. Si conocemos y entendemos las Escrituras, nos habremos acercado mucho a su guía.
El Señor nunca dirige a nadie en sentido contrario al de las reglas claras que aparecen en su Palabra escrita.
En segundo lugar, la guía procede del conocimiento de Dios mismo. Necesitamos saber qué le agrada y desagrada. No hay nada que pueda sustituir el hecho de andar con Dios, compartir y hablar con Él todos los días.
Cuando lo haga así, conocerá su dirección y sus correcciones. Llegará a saber cuál es el deseo de Dios. Esta relación se desarrolla en el curso de un período prolongado y no instantáneamente. Mediante el uso constante, sus sentidos se agudizan, de modo que llega a reconocer la distinción entre el bien y el mal. La madurez espiritual constituye una base para la dirección.
Una tercera clave para entender la dirección del Señor se encuentra en el libro de Proverbios, donde leemos Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconocerlo en todos tus caminos, y el enderezará tus veredas.
Esto quiere decir que no solo debe conocer a Dios, sino también confiar implícitamente en Él.
Cada aspecto de su vida debe reflejar su soberanía sobre usted. Reconocerlo en todos tus caminos significa que es preciso considerarlo en el trabajo, en la familia, en su vida personal, en los pensamientos, en la diversión y en todos lo que hace, reconociendo que está bajo control de Dios.
No se apoye en sus propios conocimientos, significa que si piensa que conoce todas las respuestas y lo ha resuelto todo, se estará apoyando en sus propios conocimientos.
Si confía en Dios, reconózcalo en su modo de vivir y no se apoye en sus experiencias pasadas ni su confianza excesiva; deje que Él lo guíe.
Debe conocer las Escrituras, conocer personalmente al Señor y estar seguro de vivir cada día de acuerdo con Él, esperando su dirección. Finalmente, para tener la guía de Dios, debemos estar llenos de su Espíritu Santo.
La Biblia dice: Por qué todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios.
Jesucristo dijo que el Espíritu Santo nos revelaría toda la verdad. En el libro de Hechos se dan casos en los que el Espíritu Santo les dio dirección personalmente a los creyentes, diciéndoles que hagan esto o que no hagan aquello, de manera que también les dio revelaciones.
¡Y sigue haciendo todas esas cosas! Nos guía por medio de pasajes específicos de las Escrituras que repentinamente parecen cobrar vida. Dirige también diciendo que hayan personas que se le acerquen con consejos. Le guíe en todas las circunstancias; pero deberá estar lleno del Espíritu Santo.
Hay muchos modos en los que Dios puede guiarle. Si su corazón y su vida están centrados en Dios, en su Palabra y en su Espíritu Santo, puede estar seguro de que el Señor lo dirigirá en todos sus caminos.
