Oyendo radio

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POR EDGAR REYES TEJEDA
El Regalo

Un estupendo regalo de Reyes Magos, ¿o de vieja Belén? Fue el que hizo a su radioaudiencia la Z101 al repetir el pasado 10 de enero el, para mí antológico programa, de su estelarísimo espacio El Gobierno de la Mañana en que el equipo de esa revista radial matutina entrevistó de manera abierta y minuciosa a Juan Luis Guerra.

En la citada entrevista, a la que se le intercalaron, en un buen trabajo de producción radial, muchos de los principales éxitos del cantautor, el tímido creador e intérprete de Amor de conuco, La bilirrubina, Estrellitas y Duendes, Cuando te beso y otras fulgurantes piezas en la que se conjugan armónicamente hermosas líricas y depuradas melodías; habló con naturalidad y voz apacible y serena de distintos aspectos de su vida y su magnífica obra artística.

Contó anécdotas referentes a su temperamento tímido y distraído, enumeró sus figuras predilectas en diversos géneros del ámbito musical, señaló sus pasatiempos favoritos (ver juegos de béisbol y jugar baloncesto); relató el sencillo discurrir de su rutina diaria, que invariablemente inicia con una oración y consulta a su Señor y Salvador, y explicó con brevedad y sencillez el crecimiento espiritual y personal que produjo la aceptación de Jesús el Cristo en su corazón, hecho trascendente que lo liberó de la ansiedad que lo atormentaba a pesar de los relevantes galardones y el desbordante éxito de su vertiginosa y deslumbrante carrera.

Sea uno persona religiosa o no, basta con un mínimo de sensibilidad o un leve atisbo de espiritualidad, para sentirse agradecido de haber escuchado la honda lección de humildad y gratitud de este gran artista que dice sin ambages que su mayor privilegio es dedicar su inspiración y su arte a Dios; lo cual manifiesta, está por encima del Grammy o cualquier otro galardón.

El reggaeton

A sugerencia de una reconocida personalidad del arte y la comunicación en República Dominicana, cuyo nombre omito en razón de que lo que referiré fue parte de una conversación telefónica privada; dediqué un día completo a escuchar el reggaeton que difunden a diario con creciente profusión muchas de nuestras emisoras.

Hice esto en razón de que el personaje de referencia me enfatizó que ese género musical llegó para quedarse, y que habiéndose impuesto como una realidad en el ámbito del espectáculo, era necesario que los buenos compositores lo enriquecieran vistiéndolo con las galas de una lírica relevante y poética.

Mientras sigo la recomendación de esta notable personalidad del medio artístico, y persisto en escuchar reggaeton cuyas letras me parecen por lo pronto un tanto ininteligibles y en muchos casos carentes de ilación; lo que sí puedo testimoniar es que en nuestra radio hay una superabundancia de este género hacia el cual los jóvenes muestran una innegable atención y preferencia.

Valdemar79@hotmail.com

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