Oyendo radio

Oyendo radio

Me parece incomprensible y lamentable la decisión de Acroarte de eliminar de su premiación el renglón de Revista Radial de Variedades, pues con esto se desestimula el trabajo de aquellos productores y conductores de este tipo de programas, que sin apelar al fácil recurso de la vulgaridad y la chabacanería como anzuelos para incrementar la radio audiencia, ponen en juego cotidianamente su talento, esfuerzo y creatividad en procura de articular propuestas que simultáneamente distraigan y eduquen a la gente.

Esta exclusión, que disminuye la presencia de la radio en los premios Casandra, no le hace justicia al notable empuje que ha colocado actualmente a este medio de comunicación como uno de los de mayor cobertura e influencia en la sociedad dominicana.

Ojalá que esta inoportuna y desconcertante decisión pueda reconsiderarse para que una premiación de la envergadura del Casandra siga evaluando críticamente las revistas de variedades en la radio y que distinguiendo entre el ruido y las nueces, estimule con su galardón a quienes se empeñan en presentar lo mejor en forma y contenido.

[b]PIRATERÍA[/b]

Hace algunas semanas expresé en esta columna mi preocupación por la crisis de la industria discográfica, fundamentándome entonces en las reveladoras cifras que mostraban el vertiginoso descenso de las ventas de discos originales y el creciente aumento de las descargas de música a través de Internet. Esta vez quiero referirme a la piratería, actividad ilegal que amenaza seriamente el crecimiento, estabilidad y hasta la supervivencia de la producción y comercialización del disco.

A menudo escucho con escepticismo, como algunos comunicadores y empresarios discográficos exhortan a los consumidores de música a defender sus artistas favoritos, la buena calidad del producto y las inversiones de los disqueros, prefiriendo las producciones originales y desdeñando las copias adulteradas.

Estas recomendaciones lucen ineficaces y hasta ingenuas, pues a la luz de la lógica elemental, está claro que los compradores puestos a elegir entre un producto caro y otro barato optará natural y mayoritariamente por el segundo; por lo cual pienso que solo medidas tecnológicas y mercadológicas que tiendan a acercar los precios de los productos originales a los pirateados podrán intentar conjurar o al menos disminuir el problema de la ingente piratería.

[b]CONDOLENCIAS[/b]

Me sumo al unánime sentimiento de pesar que embarga a la locución dominicana por el reciente fallecimiento de Héctor Quezada (papi), un brillante profesional dueño de una de las voces estelares de la radio y la televisión de nuestro país, que pese a su notable calidad y talento siempre mantuvo un perfil modesto y apacible. Paz a su alma, luz sobre su sonoro recuerdo.

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